Por las temperaturas, todavía se siente el verano, pero los estudiantes regresarán pronto a clases. No importa a qué grado pasan nuestros estudiantes, nos preocupamos por su educación y éxito.
Como padres, ¿cómo podemos preparar mejor a nuestros hijos para los desafíos físicos, emocionales, espirituales e intelectuales que les esperan en el año escolar 2018-19?
empiece por conversar
Haga que su hijo se emocione. Hable sobre el regreso a clases mucho antes del primer día. Pregúnteles qué es lo esperan con más anticipación. Discuta los arreglos prácticos, como compartir el transporte y el horario para recogerlos de la escuela.
Recen juntos una oración corta por los amigos, maestros y las muchas cosas que sus hijos enfrentarán durante el próximo año escolar.
tome tiempo para organizarse
El empezar a conversar sobre el horario escolar significa menos estrés para usted y les brinda a sus hijos la oportunidad de acostumbrarse a la idea de regresar a la escuela. Comenzar con la compra de ropa y útiles garantizará que los niños y sus padres estén bien preparados.
siga con la conversación
Después de cada jornada de clases, verifique cómo les fue a sus hijos. ¿En qué momento se sintieron cerca de Dios? ¿Qué los hizo sentir que Dios estaba muy lejos?
descanse bien
Durante el verano, es probable que los niños se queden despiertos hasta tarde, se queden en la cama hasta tarde en la mañana y, de lo contrario, hagan malabarismos con su horario para dormir. El establecer un horario regular para acostarse y levantarse reducirá el estrés del primer día y aumentará su capacidad de aprendizaje.
ver el lado positivo
Los niños pueden sentirse ansiosos acerca del primer día de clases, pero si usted les recuerda acerca de los paseos, proyectos y otras actividades divertidas que disfrutaron en el pasado, podría ayudarlos a sentirse más relajados.
Además, visitar la escuela juntos y acompañar a los niños a sus salones de clases, a los baños, a los campos de deportes, a la biblioteca y a otros lugares clave de la escuela los hará sentir más confianza.
Asegúreles que Dios está con ellos durante todo el día escolar.
los útiles adecuados
Aunque ya pasaron décadas desde que yo asistía a la escuela, recuerdo con cariño los muchos viajes de compras de útiles escolares que mi madre y yo solíamos hacer al final del verano. Me encantaba comprar útiles escolares y elegir mi lonchera nueva y esas experiencias me preparaban mentalmente para el año escolar.
Permitir que los niños elijan sus propias carpetas, folders y mochilas puede darles una sensación de control sobre su entorno de aprendizaje.
lea y lea un poco más
Leer con sus hijos es una forma invaluable de pasar tiempo de calidad juntos. La hora de los cuentos justo antes de acostarse a finales del verano puede hacer que los niños se imaginen el tipo de libros que leerán cuando inicie la escuela.
abrir los canales de comunicación
Los maestros pueden alertarle sobre cualquier dificultad emocional, social o académica que perciban en sus hijos en la escuela. De la misma manera, usted debe notificar a los maestros inmediatamente acerca de los cambios que podrían afectar el comportamiento de sus hijos, tales como una mudanza reciente, la obtención de un nuevo trabajo por parte de uno de los padres o una enfermedad grave que afecte a un miembro de la familia.
haga de la tarea un trabajo en equipo
Ayudar a los niños con sus tareas es una buena manera de mostrar su preocupación por sus experiencias escolares. Mostrar sus proyectos en la nevera o en cualquier otro lugar de su casa no hace más que hacer del aprendizaje una prioridad.
conéctese
Participar en las actividades escolares de sus hijos –ya se uniéndose a la asociación de padres (PTA), siendo voluntario en un salón de clases o incluso convirtiéndose en un líder scout– le permite apoyar la experiencia de aprendizaje de sus hijos.
Yo serví varios años en el consejo escolar de la escuela primaria de mis hijos y disfruté la oportunidad de conocer a otros padres involucrados mientras era voluntaria en la comunidad escolar. Cuando recuerdo el pasado, me doy cuenta de que fue un punto culminante de mi trabajo voluntario en los primeros años de escuela de mis niños.
mantenga una actitud positiva
Su propia actitud positiva puede ser contagiosa. Si su voz y su lenguaje corporal son positivos y usted se siente entusiasmada con el regreso a clases, sus hijos se relajarán y le darán la bienvenida a la nueva experiencia.