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CUATRO NUEVOS PASTORES PARA EL REBAÑO DE DIOS EN LA DIÓCESIS DE ORANGE

SUBTÍTULO: EL OBISPO KEVIN VANN EXHORTA A LOS SACERDOTES RECIÉN ORDENADOS A REGOCIJARSE EN LA ALEGRÍA DE VIVIR Y ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS EN SUS CORAZONES

By JORGE LUIS MACIAS     7/15/2016

Hay alegría en la Iglesia.  El Rev. Brandon Long Dang, Rev. David Otto, Rev. Nicolaus Duy Thai y el Rev. Quyen Van Truong han sido designados para el servicio sagrado del Sacerdocio para pueblo de Dios. Los sacerdotes recién ordenados han sido llamados por el Señor a ser pastores de Su rebaño en la Diócesis de Orange.

Los cuatro sacerdotes fueron ordenados por el Reverendísimo Señor Kevin W. Vann, Obispo de Orange, el 11 de junio en la parroquia de San Columbano. La parroquia estuvo llena de feligreses quienes fueron testigos de esta Ordenación Sacerdotal.

El Padre Brandon fue asignado a la parroquia de Nuestra Señora Reina de los Ángeles en Newport Beach; Padre David Otto fue designado a la parroquia de San José en Santa Ana; Padre Quyen Van Truong fue asignado a la parroquia de San Nicolás en la ciudad de Laguna Woods.  El Padre Nicolaus Duy Thai regresará de nuevo a Roma para terminar sus estudios de Teología Bíblica. Sus nuevas asignaciones entran en vigor el 1 de julio.

El grupo de recién ordenados es una muestra de la diversidad cultural y de la riqueza del marco pastoral característicos de la Diócesis de Orange. Donde se fomenta la fe en 62 vibrantes parroquias y centros católicos, al servicio de 1.3 millones de feligreses.

Investidos con su alba, estola y casulla, los recién sacerdotes respondieron afirmativamente a las promesas de rezar diariamente la Liturgia de las Horas, la promesa de obediencia al Obispo y sus sucesores, y a vivir una vida célibe.

Ahora, como servidores de Dios y pastores de Su rebaño, tienen la facultad de administrar los sacramentos, de la predicación del Evangelio, bendecir y espiritualmente guiar y santificar a los católicos.

“A veces se cae en el error de ver el sacerdocio sólo como el fruto de la oración, y no es así, es un proceso que activamente llama a los elegidos ha totalmente entregarse a promover el Plan de Salvación de Dios”, dijo el obispo Vann. “Ahora, ellos dedicaran sus vidas a orar, a promover el amor de Dios, a consolar las almas, y sobre todo, y en comunión con el pueblo de Dios, a adorar a Dios, y perpetuamente promover un encuentro personal con Jesucristo”.

Durante el Rito de Ordenación el Obispo Vann ungió las manos de los a punto de ordenarse al sacerdocio; les entregó el pan y el vino; se dieron mutuamente el signo de la paz; concelebraron en la preparación del altar en su primer Liturgia de la Eucaristía; efectuaron las aclamaciones eucarísticas y la oración del Señor.

“Yo les recomendaría rezar diariamente el Santo Rosario y recordar a María, nuestra Santa Madre, y recordar en especial a Santa Teresa de Lisieux que una vez dijo “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”, les motivo el Obispo Vann. “Estos recién ordenados sacerdotes deben tener el deseo de salvar almas. Es por eso que el Señor envió a su hijo Jesucristo desde el cielo, y Él nos da esperanza con nuestros nuevos hermanos ordenados, pero lo primero que tienen que hacer es regocijarse en la alegría de vivir”.

El Obispo Vann también comunicó el Espíritu Santo mediante la imposición de manos a los nuevos sacerdotes y les recordó las palabras de St. Paul a Timoteo (1 Tim 4:14) “No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros”(1 Tim 4:14).

La primera lectura seleccionado para el solemne rito de ordenación fue Isaías 61: 1-3: “El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación…”

La segunda lectura era de el libro de Hechos 20: 17-18, 28-32,36 donde Pablo, hallándose en Mileto se dirigió a la comunidad cristiana de Éfeso:  “Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que yo los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo…”

Tras la conclusión del Rito de Ordenación los feligreses fueron invitados a una recepción en el Murphy Hall de la parroquia y los sacerdotes recién ordenados impusieron las manos a centenares de personas.

Cuatro hombres de Dios, una Declaración de Amor al Pueblo de Dios.