WASHINGTON (CNS) — El brote de influenza en toda la nación ha llevado las diócesis a tomar medidas para suspender los rituales tradicionales para prevenir lo más posible la propagación del virus.
Desde fomentar un simple gesto o una sonrisa durante la señal de la paz hasta vaciar las pilas de agua bendita, las acciones se dan mientras la influenza cubre prácticamente todo el país en el peor brote de la enfermedad en casi una década.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron el 26 de enero que la mayoría de la gente se está infectando con el virus de influenza B, o H3N2. Decenas de miles de personas han sido hospitalizadas desde el 1 de octubre, fecha del comienzo de la temporada de la influenza.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos mantiene una página en su sitio web dedicada a la liturgia y la influenza. Esta ofrece información sobre la influenza y cómo prevenir la propagación de cualquier enfermedad durante la liturgia.
La página se encuentra en http://bit.ly/2nuetHf.
El obispo Edward C. Malesic de Greensburg aconsejó a los feligreses de Pennsylvania que no se den la mano durante la señal de la paz y detuvo el uso del vino consagrado durante la Comunión.
Al otro lado del estado, la Diócesis de Allentown implementó restricciones similares. El portavoz diocesano Matt Kerr le dijo a los medios locales que la práctica se lleva a cabo en la mayoría de los años durante la temporada de influenza.
En la Diócesis de El Paso, Texas, la canciller Patricia Fierro envió un comunicado a todas las parroquias pidiéndole al clero y a los demás que practicaran la higiene apropiada durante la temporada de influenza. La diócesis también le pidió a los feligreses que se abstuvieran de beber del cáliz durante la sagrada Comunión.
Otras directrices incluyen distribuir la Comunión sin compartir el cáliz, compartir la señal de la paz sin darse la mano y limpiar con agua caliente y jabón suave todas las vasijas usadas en cada Misa.
Hasta el fin de enero muchas diócesis habían tomado medidas similares.
Más allá de cuidar el bienestar de los miembros de la iglesia, las agencias católicas están abordando cómo la epidemia de influenza está afectando a otros grupos.
Los indigentes son particularmente vulnerables ante la influenza y organizaciones que trabajan para proteger a esta población están haciendo esfuerzos adicionales para protegerlos del brote, dijo Augustine Frazier, principal gerente de programas para los indigentes en Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Washington.
Eso incluye atención especial para limpiar los dormitorios, los conductos de aire y las instalaciones sanitarias en los refugios para indigentes operados por Caridades Católicas, dijo Frazier.
Caridades Católicas también provee en sus instalaciones clínicas médicas para los indigentes, donde siempre se ofrecen inyecciones contra la influenza, él dijo.
El doctor Daniel B. Jernigan, director de la División de Influenza en el Centro Nacional para la Inmunización y las Enfermedades Respiratorias de los CDC, dijo que hasta la fecha la agencia todavía no había recopilado el número de muertes por influenza, pero señaló que 53 niños han muerto.
Basado en estadísticas recopiladas de previos brotes de influenza, la agencia espera unas 710,000 hospitalizaciones para cuando la temporada de influenza termine a mediados de mayo, según una transcripción de una conversación sobre la epidemia de influenza que aparece en el sitio web de los CDC a la cual Jernigan se unió.