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‘DIOS DE LA VIDA’

EL PASTOR DE LA IGLESIA CATÓLICA EN EL PASO, TEXAS, CELEBRA LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO EN LA FRONTERIZA CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA

By JORGE LUIS MACÍAS     3/8/2016

El Obispo de la Diócesis de El Paso, Texas, Mark Joseph Seitz no pudo ocultar un secreto a voces: las bendiciones de la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez, Chihuahua se extenderán a los hispanos al lado de la frontera de Estados Unidos.

Sin embargo, durante su intervención en el Cuarto Congreso Hispano Pro Vida y Evangelización efectuado en la Escuela Preparatoria Mater Dei, en la ciudad de Santa Ana, CA, dijo que nadie puede ser indiferente “al muro metálico, las leyes migratorias, la separación de familias, el rechazo a los refugiados, la violencia y la muerte de migrantes en el desierto”.

“La bendición Papal será el momento más importante”, dijo Steitz. “Mas no podemos callar ante las injusticias; ser indiferentes es contradecir a nuestro Dios que dice que eterna es su misericordia”.

Desde 1993, en su intento por cruzar la frontera estadounidense han muerto más de 10,000 personas. Tan solo en 2015 fallecieron unos 400 migrantes en las regiones de Laredo, Falfurrias, Brownsville, McAllen y el condado de Brooks.

En Ciudad Juárez, el Papa visitará a los presos, animará a los trabajadores y celebrará una Misa, a unos metros del Río Bravo que separa a Estados Unidos y México.

Se calcula que unos 50,000 creyentes acudirán al Sun Bowl, en el campus de la Universidad de Texas para presenciar la Misa que el Pontífice oficiará en Ciudad Juárez, El programa contempla una danza sagrada, a cargo de representantes de la Nación Indígena Tigua

Tragedia en Lampedusa

“Ahí va a conmemorar a quienes han muerto al intentar cruzar la frontera en la búsqueda de un futuro mejor para sus familias y todos los que han muerto en el desierto”, dijo el Obispo Steitz. “No será la primera vez que el Papa Francisco recuerde a los migrantes que han intentado conseguir un mejor futuro”.

En julio de 2013, Papa Francisco, su primer viaje de pontificado fue a la pequeña isla Lampedusa, en el sur de Sicilia.

En aquel sitio murieron 368 personas durante el naufragio de una embarcación con 500 inmigrantes africanos de Somalia y Eritrea que escapaban de la guerra y la pobreza.

Aquel episodio fue calificado por el Pontífice como una “vergüenza”, con la cual quiso mostrar al mundo el drama de la inmigración.

“El Papa no viajó a ninguna capital mundial o a visitar a algún líder mundial”, dijo el Obispo Steitz. “En Lampedusa, el Mar Mediterráneo se ha vuelto un lugar de muerte…algo parecido a nuestro desierto [en Texas]… Quizás fue ahí que se le ocurrió por primea vez convocar a la Iglesia y al mundo entero a un año de misericordia… quizás ahí ocurrió el gran desafío de nuestros tiempos que es la falta de misericordia”.

La Ley Como Excusa

“Dichosos los que podemos pronunciar la palabra misericordia y dichosos los que celebran la vida”, declaró el Obispo durante el Congreso Pro Vida y Evangelización que reunió a centenares de Católicos en la ciudad de Santa Ana, CA.

El Obispo Steitz dijo que en la cultura estadounidense y en los debates sobre la vida, la migración y los migrantes se enfrentan a argumentos y discursos atinados, aparentemente con muchas razones legales.

“También nos dicen que el aborto es un derecho garantizado por la ley; que los indocumentados son ilegales y que a final de cuentas hay que respetar la ley y los debates”, dijo. “No nos engañemos, es muy fácil que la ley se vuelva excusa para ser indiferentes a las necesidades de los demás”.

El Pastor de la Iglesia Católica del El Paso, Texas, sostuvo que, para los cristianos la ley por sí sola no basta.

“La ley sola no da vida y nuestro Señor [Jesucristo] murió dentro de un proceso legal”, indicó. “La ley no es suficiente, puede llegar a ser injusta y hasta fatal. Lo fue para Jesús y nuestros hermanos no nacidos, para nuestros hermanos migrantes que siguen muriendo en el desierto; la ley es fatal para quienes experimentan la pobreza y sufren la injusticia”.

Dios de la Misericordia

Observó. Sin embargo, que “nuestro Dios no es un dios de la muerte, sino Dios de la vida”.

Con el llamado del Papa Francisco, en el año de la misericordia, el Obispo dijo que el Santo Padre está dirigiéndose a poner atención a la fe cristiana.

“Quizás el Santo Padre sabe algo que aún desconocemos”, expresó. “Pero es fundamental saber del riesgo que corre la humanidad, nuestro país y las parroquias al olvidar el significado de la misericordia”.

La mentalidad contemporánea, según el Obispo Steitz, parece oponerse al Dios de la Misericordia y tiende a orillar en la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia.

“La palabra y concepto parecen producir una cierta desazón en el hombre”, aportó. “Pero nuestro Dios de la vida es también Dios de la misericordia; desde el inicio de la creación sabemos que su misericordia es eterna”.