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EL AYUNO DE CUARESMA

REDUCIR LA COMIDA NOS ENSEÑA A NEGARNOS A NOSOTROS MISMOS Y A TENER AUTODISCIPLINA EN LA PREPARACIÓN DE LA PASCUA

By CATHI DOUGLAS     3/4/2020

El Arzobispo Fulton Sheen observó una vez que los protestantes piensan “Primero viene el festín, luego viene la resaca”, mientras que la actitud católica es “Primero viene el ayuno, luego viene el festín”. 

Pocos de nosotros esperamos con ansias el ayuno. Nos obliga a renunciar a uno de los placeres básicos de la vida, es molesto, incómodo y desagradable. Aun así, el ayuno es una práctica cuaresmal fundamental que nos prepara el cuerpo, la mente y el espíritu para la Pascua, el día más sagrado del año litúrgico. 

Los católicos ayunan durante la Cuaresma en memoria de los 40 días y noches de Jesús en el desierto, donde ayunó, rezó y resistió las tentaciones de Satanás. El ayuno nos ayuda a rezar, enfoca nuestras mentes y disciplina nuestros cuerpos mientras nos preparamos para celebrar el triunfo de Cristo sobre la muerte. 

Dejar la carne los viernes y ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo produce algunos beneficios espirituales sorprendentes, señala Suzanne Niles y Wendy Simpson Little en “Cinco maneras en que el ayuno puede cambiar tu vida”. Niles y Little dicen que el ayuno y la oración pueden: 

 

1. Ayudarnos a escuchar el mensaje de Dios 

2. Revelar nuestros pecados ocultos 

3. Fortalecer nuestra intimidad con Dios 

4. Enséñanos a rezar, guiados por los motivos correctos 

5. Intensificar nuestra fe 

 

“Cuando ayunamos y rezamos”, escriben Niles y Little, “nos tomamos el tiempo de una comida o una actividad para dedicar todo nuestro ser a centrarnos en Dios”. Encontramos que somos más sensibles a la voz de Dios, más sintonizados para escuchar lo que tiene que revelarnos. … A medida que nos arrepentimos, ya no queremos escondernos, sino alabar y adorar al mismo que se enfrentó a nuestro mal”. 

El ayuno intermitente es una moda actual adoptada por muchos que quieren perder peso. Sin embargo, el ayuno de Cuaresma no tiene nada que ver con las dietas. Nos enseña en cambio a abrazar las virtudes esenciales de la abnegación y el auto-sacrificio. 

El artículo de Lori Hatcher, “10 consejos para un ayuno exitoso”, puede ayudarnos a empezar. Para ayunar con éxito, Hatcher recomienda que los católicos: 

 

1. Ayunen de cena en cena 

2. Considere un ayuno alternativo 

3. Beber agua constantemente 

4. Bebe té de hierbas con un poco de endulzante 

5. Ponga un cronometro 

6. Use una guía de oración para enfocarse y orientarse… 

 

También debemos reconocer que mientras la Cuaresma nos exige ayunar de la comida, otros tipos de ayuno ofrecen importantes beneficios espirituales. Varias ideas: 

Muchos de nosotros no podemos pasar más de unos minutos sin revisar Facebook. ¿Cuántas oraciones podríamos decir si dejáramos de pasar tanto tiempo en los medios sociales? 

Podríamos tener el hábito de pasar por el abrevadero local o la cafetería todos los días. ¿Cuántas décadas del rosario podríamos rezar si nos saltamos el pub o el Starbucks? 

Si habitualmente sintonizamos la radio o cantamos los últimos éxitos, ¿podemos intentar un viaje dedicado a la música cristiana, una conferencia católica en CD o una programación de radio católica? 

Mis pies están en el sillón mientras veo la televisión sin sentido todas las noches, pero alternativamente puedo elegir entre ver una película religiosa, leer mi Biblia, o contemplar en silencio la vida de Santa Catalina de Siena, mi santa patrona. 

Nuestro ayuno de Cuaresma – abstenerse de comida, actividades placenteras y hábitos mundanos – nos obliga a priorizar nuestro objetivo número uno: Profundizar nuestra relación con Dios, reconocer el amor permanente de Jesús por nosotros, y empezar a entender las innumerables formas en que podemos acercarnos a Él.