CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Los cristianos deberían comenzar cada día invocando al Espíritu Santo, orando para que el Espíritu los lleve a ellos y a la iglesia más cerca a Dios y más cerca a cualquier persona que esté en necesidad, dijo el papa Francisco durante Pentecostés.
Celebrando Misa el 20 de mayo en la Basílica de San Pedro, el papa dijo que la Biblia, especialmente los Hechos de los Apóstoles, hacen claro que el Espíritu Santo le da un verdadero poder para cambiar, a individuos y a la iglesia.
“El Espíritu libera los corazones cerrados por el miedo”, dijo el papa durante su homilía. “A quien se conforma con medias tintas le ofrece ímpetus de entrega. Ensancha los corazones estrechos”.
“Anima a servir a quien se apoltrona en la comodidad”, dijo el papa. “Hace caminar a aquel que cree que ya ha llegado. Hace soñar lo que cae en tibieza. Eso es lo que significa cambiar corazones”.
La gente a menudo promete cambiar, pero le falta el poder de hacerlo, él dijo.
El poder del Espíritu Santo es diferente, dijo el papa Francisco. “No revoluciona la vida a nuestro alrededor, pero cambia nuestro corazón. No nos libera de repente de los problemas, pero nos hace libres por dentro para afrontarlos”.
El cambio ocurre porque el Espíritu Santo trae el perdón de Dios, él dijo. “De culpables nos hace justos y así todo cambia”.
“De este modo, el Espíritu Santo hace que renazca la alegría, que florezca la paz en el corazón”, dijo el papa antes de ofrecer oraciones especiales por Tierra Santa, especialmente por Gaza, donde protestas violentas llevaron a la muerte de 60 personas a principios de mayo.
El papa oró para que el Espíritu Santo “sople sobre el mundo el calor suave de la paz y la brisa que restaura la esperanza”.
En una semana que incluyó la reunión de tres días del papa Francisco con los obispos de Chile para discutir el escándalo del abuso sexual, reunión que terminó con todos los obispos ofreciéndole al papa sus renuncias, el papa dijo: “A menudo, precisamente en los períodos más oscuros, el Espíritu ha suscitado la santidad más luminosa. Él es el alma de la iglesia, siempre la reanima de esperanza, la colma de alegría, la fecunda de novedad, le da brotes de vida”.
El papa Francisco oró pidiéndole al Espíritu Santo que sople “en nuestros corazones y haznos respirar la ternura del Padre. Sopla sobre la iglesia y empújala hasta los confines lejanos para que llevada por ti nos lleve nada más que a ti”.
Después de la Misa el papa Francisco fue hasta la ventana de su estudio que ve hacia la Plaza de San Pedro para dirigir el rezo del Regina Coeli y anunciar su decisión de crear 14 cardenales nuevos de 11 naciones el 29 de junio.
Pero primero él oró por la intercesión de María para que la iglesia experimente “un Pentecostés renovado, una juventud renovada que nos dé la alegría de vivir y ser testigos del Evangelio y un anhelo fervoroso de ser santos para mayor gloria de Dios”.