Local

‘EL GRAN PROBLEMA ES QUE NO ESTAMOS UNIDOS PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS’

PADRE JUAN NAVARRO INVITA A LÍDERES DE PARROQUIAS A DESCUBRIR LA RIQUEZA DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA EVANGELII GAUDIUM DEL PAPA FRANCISCO

By JORGE LUIS MACÍAS     7/24/2019

Lo mportante en la experiencia de evangelización es que encontramos muchos problemas en las familias, en la vida comunitaria y en las parroquias; si ustedes no quieren problemas, váyanse a Júpiter o Urano, pero si viven en el planeta Tierra, sepan que es un planeta problemático y que haya problemas es normal”, dijo el padre Juan Navarro durante el VII Encuentro para líderes de la Diócesis de Orange.

Para la experiencia de liderazgo, vida comunitaria y fe de centenares de católicos laicos que se congregaron al final de mayo en el Freed Theater de la Catedral de Cristo, el padre Navarro compartió tres principios fundamentales para la resolución de problemas: unidad, identidad y manifestación del amor de Cristo.

“El gran problema es que no estamos unidos para resolver los problemas, y ese sí es un gran problema”, indicó. “Cuando las parejas se casan, a los 3 o 4 meses les pregunto cómo van y la respuesta es habíamos empezado con paz, entrega, amor, generosidad, hasta que aparecieron los problemas”.

El padre Navarro ha dicho que la clave para solucionar los problemas es saber quiénes somos.

“Si no sabemos quiénes somos, entonces no sabremos cómo vivir”, dijo, y aludió a la experiencia que marcó la vida de la iglesia en Pentecostés, donde Dios asume su rol como cabeza y nosotros miembros de su cuerpo, que es la Iglesia. 

“Por eso, Pablo (1 Co 12-14 y Rom 8) hizo una larga reflexión para ayudar a cada uno de la comunidad de cristianos a ser un miembro importante”, expresó. “Ante ello, el discernimiento de dones y carismas es importante; usted tiene que descubrirlo y no envidiar los dones o carismas del otro; yo como sacerdote no soy diferente de ustedes, porque dentro del cuerpo de Cristo todos somos importantes y sepan que ningún carisma se ha regalado para ser una experiencia personal, sino para el servicio de la iglesia y de la comunidad de creyentes”.

El temista refirió que después del Concilio Vaticano II, el Papa Juan Pablo II describió en su exhortación apostólica Christifideles Laici (los Fieles Católicos/1988) que la llamada de Jesús  “«…Id también vosotros a mi viña» (Mt 20, 3-4) no se dirige sólo a los Pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo.

“Jesús es el tronco y ustedes el sarmiento pegado a él”, dijo. “Cada sarmiento está llamado a dar vida y esto tiene que tocar sus corazones a la hora de aterrizar su vida en la realidad, porque en esta viña se revela el misterio de amor y la vida del Señor como don gratuito a todos cuantos han nacido por el Bautismo  en el Espíritu Santo que nos une de manera radical y en comunidad todos celebramos nuestra fe”.

Destacó que desde el Bautismo todos los fieles han sido llamados a la santidad., y en el proceso de maduración como líderes en la iglesia, en algún momento de la vida habrá problemas e invitó a profundizar en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio/2013) del Papa Francisco.

“Tenemos que vivir como comunidad para conquistar almas, y para ello se necesita estar en comunión y unidad; por eso hay diferentes funciones en la iglesia, donde todos, sacerdotes, religiosos y laicos trabajamos en la única viña del Señor, en donde todos trabajamos para el mismo jefe”.

Como referencia a la identidad, el joven sacerdote colombiano expuso que en Romanos, 16: 3-4, San Pablo ha escrito sobre su equipo de evangelizadores (Febe, Prisca y Aquila) y entre ellos el punto de referencia es la fe que ha cambiado su identidad a la de un verdadero seguidor de Cristo.

“Lo que falla es muestra identidad como cristianos a quienes supuestamente el Espíritu Santo ya ha transformado en su ADN; para Pablo y sus colaboradores tampoco les era fácil llevar la Palabra, porque la evangelización no ocurrió en las grandes plazas, sino de persona a persona;  por ello la comunidad de creyentes debe cuidarse a sí misma”, afirmó  el padre Navarro. 

Finalmente, señaló que Cristo se manifiesta solamente a quienes le aman, pero no a quienes no son capaces de reconocerlo.