CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Reunido con el presidente iraní Hassan Rouhani en el Vaticano, el papa Francisco le dijo que tiene una gran esperanza por la paz.
Y aunque el papa Francisco usualmente le pide sus oraciones a aquellos que conoce, el chiita se adelantó a la petición del papa y dijo: “Le pido que ore por mí”.
El presidente Rouhani, quien estaba en Europa para establecer lazos políticos y económicos después del histórico acuerdo nuclear de Irán, se reunió con el papa el 26 de enero durante 40 minutos de conversación privada con la ayuda de traductores. El presidente entonces sostuvo una reunión aparte con el cardenal Pietro Parolin, secretario de estado del Vaticano.
El reciente acuerdo internacional limitando el programa nuclear de Irán se discutió, así como “el importante rol al cual Irán está llamado a tener con otras naciones de la región para promover soluciones políticas adecuadas a los problemas que aquejan el Oriente Medio, oponiéndose al terrorismo y al contrabando de armas”, dijo el Vaticano en un comunicado.
Cuando en el 2014 convocó una cumbre en el vaticano sobre el Oriente Medio, el papa Francisco dijo que el contrabando de armas era la causa radical de muchos problemas en la región.
Durante las discusiones del 26 de enero también se enfatizó “la importancia del diálogo interreligioso y la responsabilidad de las comunidades religiosas en la promoción de la reconciliación, la tolerancia y la paz”, dice el comunicado vaticano.
“Se enfatizó los valores espirituales en común durante las cordiales conversaciones” y se reconoció “el buen estado de las relaciones entre la Santa sede y la República Islámica de Irán”, dijo el Vaticano.
Se mencionó también cómo la Iglesia Católica en Irán y la Santa Sede procuran promover “la dignidad de la persona humana y la libertad de culto”.
La pequeña comunidad católica en Irán se remonta a los primeros siglos de la iglesia y ha tenido una larga historia de vivir en armonía con la mayoría musulmana; hay algunas restricciones a la plena libertad de culto, incluyendo el riesgo de la pena capital para aquellos que se conviertan desde el islamismo.
Después de su reunión a puerta cerrada, el papa Francisco saludó a la delegación iraní de 12 personas y aceptó dos regalos de parte del presidente.
Hablando en persa, Rouhani dijo que la complejamente diseñada alfombra que le estaba regalando fue “hecha a mano en Qom”, ciudad considerada sagrada por los musulmanes chiitas. Él también le regaló al papa un libro grande de reproducciones de miniaturas persas pintadas por Mahmoud Farshchian, quien vive en Estados Unidos.
El papa le regaló a Rouhani un medallón grande de san Martín de Tours dándole su manto a un pobre. El papa le dijo al presidente que la imagen del medallón representa “una señal de fraternidad abnegada”.
El papa también le regaló una copia de su encíclica “Laudato Si'” y le dijo que el documento es “sobre la protección de la creación”. El papa pidió disculpa porque no hay una traducción al persa del documento, pero “se la estoy regalando en inglés” y explicó que una copia en árabe está en la Internet.
Mientras el séquito salía de la biblioteca papal, el papa le dijo al presidente: “Gracias por esta visita. Tengo gran esperanza por la paz”.
Rouhani entonces contestó mediante un traductor: “Le pido que ore por mí” y le dijo al papa que había sido “un verdadero placer” y le deseó buena suerte en su trabajo.
Mohammed Khatami había sido el último líder iraní en reunirse con un papa en conversación privada en el vaticano. Además de su reunión con san Juan Pablo II en 1999, Khatami también asistió al funeral de san Juan Pablo en el 2005.
Aunque el expresidente Mahmoud Ahmadinejad asistió a una cumbre de la ONU en Roma en el 2008, él no visitó al papa ni tuvo visita de estado alguna con líderes italianos.
Rouhani, anteriormente legislador y diplomático, estaba visitando Italia y Francia, reuniéndose con los líderes de esas naciones con la esperanza de restablecer vínculos diplomáticos y comerciales más fuertes con Europa después de décadas de sanciones. Él hizo su campaña presidencial del 2013 sobre una plataforma que proponía mayor apertura, transparencia y establecer más confianza con el mundo en general.
En julio Irán llegó a un acuerdo histórico con seis naciones, incluyendo Estados Unidos; el acuerdo permite que inspectores de la ONU incluyan lugares militares en su supervisión de la actividad nuclear de Irán. Aunque un embargo de la ONU de armamento se mantendrá en vigor a corto plazo, otras sanciones sobre comercio y bienes habían de ser relajadas.