LOS ÁNGELES (ACI) – El Arzobispo de Los Ángeles en Estados Unidos, Mons. José Gómez, indicó que en estos tiempos de inquietud y ruido, el rezo del Rosario es lo que se necesita para traer paz al mundo y al corazón.
En su reciente columna titulada “El Rosario es la oración para nuestros tiempos”, el Prelado citó un estudio donde los investigadores descubrieron los beneficios de repetir mentalmente una palabra o frase positiva.
Indicó que los resultados muestran que quienes realizan esta práctica tienen más autocontrol, tranquilidad y no se estresan fácilmente.
“No hace falta decir que no soy un investigador del cerebro. Pero me parece fascinante que los científicos estén confirmando algo que los cristianos han sabido desde el principio”, afirmó Mons. Gómez.
En ese sentido, subrayó que desde hace mucho los católicos orientales y los ortodoxos recitan frecuentemente la oración “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy un pecador” y que acoplan mentalmente estas palabras a los ritmos de su respiración.
“Muchos cristianos prefieren simplemente invocar al Nombre divino, pronunciando suavemente la palabra ‘Jesús’ o pensándola en silencio. Al repetir a menudo el santo nombre en nuestros corazones, oramos siempre y sin cesar, como Jesús y San Pablo nos enseñaron a hacer”, indicó Mons. Gómez.
Al respecto, advirtió que no se puede confundir la invocación del nombre de Jesús con el uso de los “mantras” porque “es el nombre que está por encima de todo nombre y no hay otro nombre bajo el cielo por el cual podamos ser salvados”.
“Cuando decimos el Santo Nombre de Jesús, Él está con nosotros. No puede haber un nombre más poderoso que ése. Y aunque a veces podemos dar por hecho esto, el nombre de Jesús es lo que está en el corazón del Rosario: ‘Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús’”, señaló.
El Arzobispo de Los Ángeles destacó que el Rosario es “una oración de quietud y de contemplación”.
“Necesitamos esto en nuestra cultura, que es tan inquieta y ruidosa, en esta cultura que siempre parece estar ‘en movimiento’ y que parece entrometerse en cada uno de nuestros momentos de vigilia, sin dejarnos jamás estar solos con nuestros pensamientos”, afirmó.
Mons. Gómez recordó que la Virgen de Fátima pidió en sus apariciones a los tres pastorcitos rezar el Rosario todos los días.
“En Fátima, María dijo que debíamos rezar el rosario todos los días por la paz, por la paz de nuestro mundo violento, pero también por la paz de nuestros corazones”, manifestó.
“Conforme vamos meditando en la sucesión de misterios, es esos momentos alegres, luminosos, dolorosos y gloriosos de su vida, vamos entrando más profundamente en esta. Los misterios de su vida se convierten en nuestros propios misterios”, prosiguió.
El Prelado invitó a rezar el Rosario porque al hacerlo se pasa tiempo con María, “solamente pensando en Jesús. Aprendiendo a amarlo, como ella lo ama”.