El obispo Dominic Dinh Mai Luong —el primer y único obispo vietnamita-estadounidense en los EE. UU. y un firme defensor de los católicos en Vietnam— se jubiló el 20 de diciembre en su cumpleaños 75, después de prestar servicios en la Diócesis de Orange durante 12 años.
“Nuestra diócesis cuenta con la mayor población católica vietnamita fuera de Vietnam, con cerca de 70,000 feligreses”, señaló el obispo Luong, añadiendo que él estaba especialmente calificado para el servicio pastoral aquí. “Muchas de nuestras parroquias —Espíritu Santo, Santa Bárbara, San Columbano y Nuestra Señora de La Vang— tienen una población predominante de vietnamitas-estadounidenses”.
El obispo Luong es conocido por su modestia, ética de trabajo y compasión, así como su profundo conocimiento de las necesidades y preocupaciones singulares de los católicos vietnamitas-estadounidenses.
Cuando el papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar en el 2003, recuerda el entonces obispo Tod Brown: “el obispo Luong llegó al aeropuerto John Wayne el día antes del anuncio público sobre su nombramiento. Estaba preocupado por el hecho que nos conocimos en el aeropuerto. Lo que demuestra su humildad. En su manera sencilla, incorporó su liderazgo, su propia espiritualidad y habilidades pastorales, todos los talentos que han contribuido con su servicio aquí”.
Dominic M. Luong nació en Cuong (Vietnam) en 1940; el penúltimo de 11 hijos. Su seminario y formación fueron en la secundaria del Seminario Diocesano de la Sagrada Familia en Vietnam, llegó a los Estados Unidos en 1958, a los 18 años, para continuar con sus estudios en el Seminario de San Bernardo en Rochester (Nueva York). Cursó estudios de postgrado en Canisius College, obteniendo una doble maestría en Biología y Psicología.
Fue ordenado a sacerdote el 21 de mayo de 1966, para la Diócesis de Danang (Vietnam), el entonces padre Luong no pudo regresar a su patria porque la guerra de Vietnam estaba en su apogeo. Debido a las circunstancias, nunca logró regresar a prestar servicio pastoral a su tierra natal. Sin embargo, tenía muchos oficios, incluyendo impartir clases de Biología en el Seminario Preparatorio Diocesano, trabajar como capellán del hospital y pastor asociado en la Parroquia San Luis en Buffalo.
Con la caída de Vietnam del Sur, el padre Luong era la persona más adecuada para ayudar a ubicar a los muchos refugiados que llegaron a los EE. UU. Una gran parte de ellos llegaron a Nueva Orleans, por lo que se desempeñó allí como director de la Arquidiócesis del Apostolado Vietnamita de 1976 a 1983. Se convirtió en ciudadano estadounidense en 1977 y fue nombrado el pastor principal de la Iglesia María Reina de Vietnam en Nueva Orleans en 1983.
“Los católicos vietnamitas son diferentes”, explica el obispo Luong. “Tienen una devoción profunda que enriquece a la iglesia, y una dedicación singular a la Virgen Santísima que ha ayudado a revitalizar sus congregaciones. Tienen una gran devoción a la familia y las vocaciones religiosas”.
Además de sus deberes pastorales, el padre Luong prestó servicios como rector de la Capilla de los Mártires Vietnamitas en Nueva Orleans y director del Centro Pastoral Nacional para el Apostolado Vietnamita en Baton Rouge (Luisiana). Como director pastoral para los emigrantes y refugiados de la Conferencia Estadounidense de Obispos, viajó por todo el país para evaluar a diversos grupos de inmigrantes vietnamitas.
“El lema del obispo Dominic: “Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros…” (Efesios 2:19) que representa amorosamente la realidad de nuestra comunidad vietnamita en Orange, quienes llegaron aquí después de la caída de Saigón”, explica Shril Giacomi, canciller de la Diócesis de Orange. “Tras huir para proteger sus propias vidas y dejando todas sus posesiones atrás, se convirtieron en una parte integral de nuestra sociedad. El cuidado amoroso del obispo Dominic hacia la comunidad es una señal poderosa de su inclusión”.
Cuando el huracán Katrina arrasó a Nueva Orleans, el obispo Luong recibió numerosas llamadas telefónicas a medida que subía el nivel del agua. “Las torres de telefonía celular locales no estaban funcionando, pero las torres de larga distancia sí trabajaban, y él recibió llamadas frenéticas de sus antiguos feligreses quienes buscaron albergue sobre los techos”, recuerda Giacomi. “Empezó a coordinar rescates desde su oficina en Orange. Entendí que fuimos muy afortunados de recibir a un sacerdote tan especial como nuestro auxiliar; mi profundo respeto y admiración hacia él quedó cimentado”.
Además de fortalecer la presencia asiática entre los católicos del condado de Orange, el obispo Luong tiene una sencillez que hace que sea un placer trabajar con él, indica el obispo Brown.
“Él ha prestado servicios no solo a los feligreses de la Diócesis de Orange, que cuenta con la mayor población vietnamita fuera de Vietnam, además, como el único obispo vietnamita-estadounidense en los EE. UU., representa a los católicos vietnamitas en todo el mundo”, señala el padre Kerry Beaulieu, párroco de Nuestra Señora Reina de los Ángeles en Newport Beach. “El obispo Dominic fue un gran apoyo para mí durante la construcción de nuestra iglesia. Él vivió aquí durante siete años, y fue una gran alegría contar con él en la rectoría”.