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‘EN NUESTRO TIEMPO’: UNA HISTORIA COMPARTIDA

La iglesia celebra 50 años de armonía entre católicos y judíos establecida por Nostra Aetate

By MICHAEL J. MEDLEY     12/14/2015

La Iglesia Católica acaba de celebrar el quincuagésimo aniversario de Nostra Aetate, la histórica declaración del Vaticano II que instó a los católicos a comprender y aceptar las raíces judías de su fe cristiana y mejorar las relaciones entre católicos y judíos en las décadas siguientes. Este documento cuenta con un defensor entusiasta en el papa Francisco.

El 28 de octubre el Santo Padre se reunió con líderes judíos en Roma para celebrar este aniversario. Durante una audiencia pública en la Plaza de San Pedro, dijo: “Sí al redescubrimiento de las raíces judías del cristianismo. No al antisemitismo”. El papa agregó más adelante: “Desde Nostra Aetate, la indiferencia y la oposición se han convertido en cooperación y buena voluntad. Los enemigos y extraños se han convertido en amigos y hermanos”.

Declaraciones como estas pueden hacer mucho para acallar las heridas de una relación, con frecuencia difícil, entre católicos y judíos en los últimos 2,000 años, durante los cuales algunos católicos desestimaron a todos los judíos de deicidio, al ser los asesinos de Cristo. Ha sido una relación en la que algunos judíos han visto a la Iglesia Católica como indiferente moralmente o incluso cómplices del tormento del Holocausto.

El tema de deicidio está claramente abordado en la cuarta sección de Nostra Aetate, el título del documento que significa “En Nuestro Tiempo”, y también es conocido como la Declaración sobre la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas. Sosteniendo que Cristo sufrió su pasión y muerte libremente, Nostra Aetate incluye lo siguiente: “Ciertamente, las autoridades judías y sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo; aun así, lo que pasó durante su pasión no puede ser imputado a todos los judíos, sin distinción entre ellos o en contra de los judíos de hoy día. Aunque la iglesia es el nuevo pueblo de Dios, los judíos no deben ser catalogados como los excluidos o rechazados por Dios, como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras”.

Irónicamente, fue el horror del Holocausto que dio origen a Nostra Aetate. Angelo Giuseppe Roncalli era el nuncio apostólico de Francia, Bulgaria y Grecia durante esos años asolados por los conflictos y actuó para salvar vidas judías. Más de una década después, esos recuerdos alentaron a Roncalli, como el papa Juan XXIII, a trabajar para cambiar la dirección de las relaciones entre católicos y judíos.

Hoy en día, en el papa Francisco, la iglesia cuenta con un líder muy conocido por su relación cercana con los líderes judíos de su país natal, Argentina. La más importante de esas relaciones es su amistad con el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano en Buenos Aires, con quien escribió el libro en el 2010 “El cielo y la tierra”, que trata sobre el diálogo interreligioso.

En una entrevista en el 2013 con el diario National Catholic Register, el rabino Skorka dijo de Francisco: “Él hace lo que dice y expresa sus pensamientos y sentimientos de una manera muy directa y clara. Es una persona encantadora, muy simple y muy espiritual”.

En una reunión del Concilio Internacional de Cristianos y Judíos durante el verano de este año, el papa Francisco habló de “los buenos resultados”  en el diálogo entre católicos y judíos como resultado por Nostra Aetate. “Nuestra humanidad fragmentada, la desconfianza y el orgullo se han superado gracias al espíritu de Dios Todopoderoso, de tal manera que la confianza y la fraternidad entre nosotros han seguido creciendo”.

El padre Al Baca, vicario episcopal de Ecumenismo e Interreligión para la Diócesis de Orange, ocupa un lugar en primera fila por los cambios producidos por Nostra Aetate. “Sobre todo en relación con el judaísmo, es una evaluación positiva y un recordatorio de que el cristianismo tiene una relación única con el judaísmo que no existe con ninguna otra religión”, expresa. “Fomenta la amistad y el compañerismo. La comunidad judía ve esto como un gran paso adelante en las relaciones y la base para un cambio de dirección en el pensamiento católico. Por cierto, este documento también ha ayudado a avanzar a todas las otras denominaciones cristianas hacia un camino similar de reconciliación con los judíos. Su impacto ha sido muy grande”.

Los elogios para Nostra Aetate también llegan de los líderes judíos de todo el mundo con, en un caso, una mirada de esperanza hacia donde este ejemplo podría llevarnos. La Federación de Comités de Judíos de España emitió un comunicado el 28 de octubre que indicaba: “Durante estos 50 años se han expresado muchos y distintos gestos por los papas, en especial por Juan XXIII, Juan Pablo II y Francisco, para el mundo judío, pero el camino es largo y todos debemos seguir trabajando en la educación de mutuo respeto y aprecio. Este auspicioso aniversario debería de inspirarnos para hacer frente al siguiente desafío entre las religiones abrahámicas para encontrar el camino para reducir el abismo y la división entre el judaísmo y el Islam”. c

El Papa Francisco se reúne con líderes de diferentes religiones al final de la audiencia general en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el miércoles 28 de octubre de 2015. Francisco dedicó su habitual catequesis del miércoles a la audiencia general sobre la importancia de la declaración “Nostra Aetate”, que revolucionó las relaciones de la iglesia, en particular con los Judíos.