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LAS ESCENAS DE LA NATIVIDAD AGREGAN UN VERDADERO SIGNIFICADO A LA TEMPORADA

By CATHI DOUGLAS     12/13/2017

Una madre, un padrastro y un bebé; animales silenciosos y testigos de un milagro; tres donadores ricos en ruta para conocer al bebé.

La Natividad es un cuadro simple, pero profundo, y debe ser el centro de nuestra decoración navideña, y no el último detalle.

“La Natividad es una narración significativa y ayuda a los niños a entender que son amados por un ser omnipotente”, explica Katie Dawson, directora de la Formación de la fe parroquial de la Diócesis de Orange.

“Dios nos creó del amor y para el amor”, continúa Dawson. “Cuando entendemos esto, le damos a nuestros hijos un regalo de gran consuelo y una historia que los guiará en sus vidas. Es decir, asumiendo que nosotros mismos ya hemos cuestionado esa verdad, y encontramos que es una verdad para nosotros, no una idea abstracta, sino una verdad”.

Los niños pequeños creen todo lo que mamá y papá les dicen, aunque una vez crezcan, eventualmente cuestionaran las cosas y las comprobarán por si mismos. “Somos responsables de explicarles a nuestros hijos el significado de la vida”, agrega Dawson, “incluyendo por qué estamos aquí y el propósito de nuestras vidas”.

Los pequeños a menudo pueden procesar fragmentos más fácilmente que una historia completa. “Con el tiempo procesarán la narrativa o el significado que proponemos: La explicación de quién es Dios, cómo nos salva y cómo está todo conectado con un bebé en un pesebre”.

Incorporar el Nacimiento en la extravagancia de las decoraciones rojas y verdes de la temporada puede ser tan sencillo como colocar el pesebre o establo vacío en un lugar central y acercar a la Virgen con San José a medida que diciembre avanza hacia el nacimiento de Jesús.

Para algunas familias, el bebé Jesús es invisible hasta la mañana de Navidad.

“Las figurillas estaban por todas partes de la casa”, explica Dawson al recordar las Navidades del pasado con su familia. “A veces se nos olvidaba, y corríamos por toda la casa preguntando ‘¿dónde escondimos a Jesús?’ A medida que los niños crecían, se incorporaban a la creación del Nacimiento y colocaban a Jesús la mañana de Navidad”.

Si es posible, las familias deberían extender la celebración de la Navidad hasta la Epifanía, cuando los tres Reyes Magos llegaron hasta el pesebre.

Dawson también recuerda que fabricaban manualidades con amigas que también tenían niños pequeños; fabricaban el Árbol de Jesé con adornos de fieltro que mostraban la genealogía de Jesús. Uno de los adornos era el saco multicolor de José. Todos los adornos se colocaban en un bolsillo en la parte inferior y cada niño tomaba uno cada día y escuchaban una historia bíblica.

“A los niños les encantó la idea de contar historias mientras aprendían las historias de las acciones redentoras de Dios a lo largo de la historia”, recuerda. “La historia comenzó con Eva y terminó con la Estrella de Belén. En medio estaban la serpiente en el jardín, el león de Judá, Moisés y Noé, historias icónicas del Antiguo Testamento que precedieron al nacimiento de Jesús”.

Las actividades que involucran a toda la familia brindan a los niños la sensación de calidez y comodidad que es un elemento distintivo de las fiestas decembrinas, agrega. “Acurrucarse frente a la chimenea y escuchar una historia es una experiencia profunda que no cuesta nada y puede dejar recuerdos hermosos y duraderos”.