Local

EXHIBIERON RELIQUIAS DE MÁRTIRES “TESTIGOS DE LA LIBERTAD”

VESTIGIOS DEL BEATO OSCAR ROMERO, Y DE LOS SANTOS FRAY JUNÍPERO SERRA, TOMÁS MORO Y JUAN FISHER AUMENTAN LA CONCIENCIA SOBRE LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA EN EE.UU. Y EL MUNDO ENTERO

By JORGE LUIS MACÍAS     7/29/2016

La vida del Beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero fue recordada en todo el mundo como un “Testigo de la Libertad”, junto con otros hombres y mujeres de fe de todo el mundo, durante la “Quincena por la Libertad”.

Declarado un mártir por el Papa Francisco en febrero de 2015 y beatificado en mayo del año pasado, el Beato Oscar Romero abogó por el amor cristiano, recordando a las personas que eran amadas por Dios y que la lucha con la caridad cristiana era el camino a la victoria durante la larga guerra civil de 12 años en El Salvador.

La “Quincena por la Libertad”, un período de dos semanas organizada por la Conferencias de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) condujo al Día de la Independencia, cuando las diócesis en todo el país pusieron en de relieve la importancia de la defensa de la libertad y las libertades religiosas, y una mayor sensibilización de la persecución religiosa en todo el mundo.

Las reliquias de mártires que sufrieron el martirio a causa de su amor por Dios y defensa de la Iglesia fueron exhibidas en la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles, el viernes 1 de julio.

Durante una misa solemne, el Arzobispo de la Diócesis Católica de Los Ángeles, José H. Gómez exaltó las virtudes del Beato Salvadoreño, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, del Santo Español y fundador de las misiones de California, Fray Junípero Serra y de los Santos Ingleses Tomás Moro y Juan Fisher.

El recorrido de las reliquias de los “Testigos de la Libertad” tuvo lugar del 21 de junio al 4 de julio en diversas ciudades de Estados Unidos, que pretendió hacer hincapié en la importancia de la defensa de la libertad religiosa en Estados Unidos y para aumentar la conciencia de la persecución religiosa en todo el mundo.

“El amor del Beato Romero por su pueblo fue tan grande que estuvo dispuesto a ofrendar su vida”, dijo el Arzobispo Gómez a O.C. Catholic en Español. “Su fidelidad a la Iglesia, comunión íntima con María Santísima y su devoción al Sagrado Corazón de Jesús son admirables. Hay que pedirle un milagro para que pronto sea declarado Santo”.

Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, quien denunció la pobreza, injusticias, asesinatos y tortura en El Salvador fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba una Misa en la Capilla del Hospital de la Divina Providencia.

El autor intelectual y fundador de los Escuadrones de la Muerte, Roberto D’Aubuisson y fundador del derechista partido Arena murió sin ser juzgado. El capitán Álvaro Rafael Saravia, participante en la conspiración para matar a Monseñor Romero se quitó la insignia de su rango militar, abandonó a su familia y huyó a California.

En medio de aquella convulsión social, masacre de comunistas y el rápido aceleramiento de la violencia en El Salvador, Monseñor Romero se alzó como la voz más fuerte en defensa de las víctimas y en contra de la represión contra la sociedad civil.

Consciente de su protagonismo, Monseñor Romero presuponía que lo podían asesinar. Una frase suya fue contundente: “Si me matan, resucitaré en el pueblo Salvadoreño”.

Sus palabras fueron proféticas.

“Yo soy una hija de Monseñor Romero”, dijo María Hilda González, conductora de la red católica El Sembrador. “El defendió, defiende y defenderá desde el cielo la voz de los sin voz”.

María Hilda González y su esposo Miguel facilitaron para su exhibición dos reliquias: una de primer grado, un pañuelo con su sangre del día en que fue asesinado mientras celebraba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia en San Salvador; y un micrófono que usó para celebrar la misa todos los domingos en la Catedral Metropolitana de San Salvador. También presentaron una fotografía donde Monseñor Romero expresó en su puño y letra: “Una bendición muy especial a la escuela Ma. Catarina di Maggio. Con amor pastoral”. El documento fue firmado en el año 1977 por Oscar Romero, Arzobispo de San Salvador.

Así mismo, los esposos González reprodujeron ante centenares de feligreses el audio de la misa de Monseñor Romero, un día antes de su muerte, quien dijo a la clase gobernante:

“En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cesen la represión”.

santos junípero serra, tomás moro y john fisher

Una pieza dental y un pedazo de hueso del Santo Ingles Tomás Moro, un anillo usado por su compatriota Juan Fisher, así como una estola de Fray Junípero Serra con la que fue enterrado en la Misión de Carmel fueron las otras reliquias en exhibición.

Moro y Fisher fueron ejecutados en el año 1535.

Santo Tomás Moro, un reconocido autor y filósofo que había ocupado el cargo de canciller, y San Juan Fisher, obispo de Rochester, se negaron a firmar el Acta de Supremacía que pretendía reconocer el rey Enrique VIII como el jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra.

“Tanto Tomás Moro y Obispo Fisher fueron patriotas. Ellos nunca se levantaron para incitar a la rebelión o fomentar la revolución.  No eran traidores”, indicó un Comité Ad Hoc de los Obispos de Estados Unidos para la Libertad Religiosa.

“Pero cuando la ley del rey entró en conflicto con la ley de Cristo, optaron por Cristo. Estos hombres dieron sus vidas por la libertad de la Iglesia y por la libertad de conciencia. Dieron testimonio de la verdad de que ningún gobierno puede presentar una reclamación en el alma de una persona”.

En el culmen de su carrera como abogado Tomás renunció en 1532 cuando el rey pretendía repudiar a su esposa para casarse con su amante Ana Bolena y pretendía, además, romper la unidad de la Iglesia Católica y formar la Iglesia Anglicana bajo su autoridad.

Después de 14 meses enclaustrado en la Torre de Londres, y en camino al andamio para ser ejecutado, Tomás Moro le dijo a la gente reunida que él moría como “Soy buen servidor del rey, pero primero de Dios” (“the King’s good servant-but God’s first”).

Las reliquias de Moro y Fisher hansido resguardadas por siglos en Stonyhurst College, una escuela Jesuita en Lancashire, Inglaterra, y fueron exhibidas en Miami, Baltimore, Pittsburgh, Filadelfia, Denver, Phoenix y Los Ángeles, antes de concluir en Washington, DC.

“Si Tomás Moro viviera en nuestros días, él esencialmente levantaría la voz contra los gobiernos que persiguen a la Iglesia”, dijo Joe Reid, encargado de las reliquias. “Diría que las leyes humanas no tienen derecho a interferir con las leyes de Dios”.

Restablecida la jerarquía Católica en Inglaterra, en 1850, así comenzó la causa de la canonización de numerosos mártires. Tomás Moro, junto con otros 53 mártires, entre ellos el Obispo Juan Fisher, fue beatificado por el Papa León XIII en 1886. Junto con el mismo Obispo, fue canonizado después por Pío XI en 1935, en ocasión del IV centenario de su martirio y declarado santo por el Papa y ahora también santo, San Juan Pablo II, en el año 2000.

Junípero Serra, el primer santo Hispano de los Estados Unidos fue canonizado en 2015 por el papa Francisco en Washington, afirmando que el Fraile Franciscano Español buscó defender la dignidad de los indígenas que evangelizó.

Serra, nacido el 24 de noviembre de 1713 en un pueblo de Mallorca, España, fue canonizado frente al Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington.

En el siglo XVIII, Serra supervisó la fundación de las nueve primeras misiones de la Alta California -que posteriormente se extenderían a 21-, incluidas las de San Diego de Alcalá, San Carlos Borromeo de Carmelo, San Gabriel Arcángel, San Luis Obispo de Tolosa, San Francisco de Asís y San Juan de Capistrano, que dio origen de las ciudades de San Diego, Los Ángeles, San Francisco y Sacramento.

Los “Testigos de la Libertad” también incluyen San Juan Bautista, los Santos. Pedro y Pablo, el Beato Miguel Pro, San Maximiliano Kolbe, Santa Edith Stein, Santa Kateri Tekakwitha, Santos. Felicitas y Perpetua, el mártir Padre John Bapst, mártir jesuita, la Venerable Henriette Delille, fundadora de la Orden Católica Roma de las Hermanas de la Sagrada Familia en Nueva Orleans, los mártires coptos, y las Hermanitas de los Pobres.