WASHINGTON (CNS) — Con la persecución contra los cristianos aumentando alrededor del mundo, es importante que otros cristianos estén en solidaridad con ellos, dijo el cardenal Donald W. Wuerl de Washington.
Los cristianos de Estados Unidos y de otros lugares tienen que levantar sus voces por “los millones que están sufriendo”, él dijo durante un simposio del 20 de abril realizado junto con la publicación de “In Response to Persecution, Findings of the Under Caesar’s Sword Project on Global Christian Communities”, un informe que detalla la naturaleza de la persecución contra los cristianos en distintas naciones de todo el mundo.
“Hagan difícil que otros ignoren (la persecución)”, dijo el cardenal.
Hacerlo, señaló el cardenal Wuerl, podría requerir que los cristianos estén “conscientes” de la persecución que sus compañeros creyentes enfrentan en distintos continentes.
Él sugirió que una respuesta debería ser “continuar apoyando la corriente de ayuda material” para los cristianos perseguidos a través de agencias de ayuda como Servicios Católicos de Socorro (Catholic Relief Services), la agencia de ayuda internacional de los obispos estadounidenses; Caritas Internationalis, la agencia central del Vaticano para organizaciones católicas de ayuda de distintas naciones; o sus contrapartes operadas por otras denominaciones y organizaciones cristianas.
“Y tenemos que, por supuesto, seguir orando” dijo el cardenal Wuerl, quien recientemente publicó un libro, “To the Martyrs: A Reflection on the Supreme Christian Witness”.
Él lamentó el aumento de la intolerancia en el Oriente Medio. En Egipto, dijo el cardenal, “todos encontraban una manera, hasta recientemente, de convivir. Bajo el ascenso del grupo Estado Islámico … las cosas solo han continuando empeorando”. Él añadió que cree que a pesar de la declaración del entonces secretario de Estado, John Kerry, de que el Estado Islámico había sido responsable por genocidio en las regiones que controlaba en Irak y Siria, la mayoría de los estadounidenses no se deban cuenta.
“Esto no es una crisis cristiana que le importa solamente a cristianos”, dijo el cardenal Wuerl. “Esto es una crisis humana”.
Daniel Philpott, profesor de ciencias políticas y estudios de paz en la universidad Notre Dame y el autor principal del informe, expresó sorpresa de que pocos cristianos recurrieran a la violencia. Él dijo que hubo casos limitados de grupos cristianos formando grupos paramilitares para proteger a su gente y su propiedad y que, dado las situaciones que ellos enfrentan, esa reacción podría ser “comprensible y justificable”.
Philpott señaló cinco contextos en que existe la persecución: la persecución islámica, por ejemplo, la aplicación de la ley de Sharia a los cristianos; la persecución comunista en China, Vietnam y Corea del Norte; la persecución apoyada por el estado en Turquía; la hostilidad religiosa que se encuentra en India; y la reacción de países del occidente que se dejan influir por la secularización. Philpott citó al papa Francisco, quien llamó la secularización, una “persecución amable”.
También existen actores de persecución como el Estado Islámico, a los quienes Philpott los llamó “Pequeños Césares” que persiguen a los cristianos.
El arzobispo Sebastian Shaw de Lahore, Pakistán, país donde el 3 por ciento de sus 120 millones de personas es cristiano, dijo lo mejor que se puede hacer es trabajar juntos con la mayoría musulmana.
Aunque la ley de blasfemia de Pakistán ha resultado en las muertes de muchos cristianos, el arzobispo Shaw dijo que no quiere que la ley se elimine, pero quiere que se modifique de modo que se elimine la justicia de las turbas.
Él contó la historia de una pareja cristiana pobre que trabajaba en servidumbre en un horno de ladrillos en el país. De alguna manera se regó el rumor de que la pareja había blasfemado contra Alá. Comentarios le llegaron al imán local y “antes de 20 minutos había 4,000 personas listas para ejercer su propia justicia contra la pareja, que tenía dos hijos. Prontamente ambos fueron tirados a la caldera del horno y “antes de cinco, siete minutos ambos murieron quemados”, dijo el arzobispo.
Más tarde los funcionarios descubrieron que la mujer cristiana estaba embarazada y que tanto el esposo como la esposa eran analfabetos y no pudieron haber cometido la blasfemia de la cual fueron acusados. “Ellos no tenían un Corán en su casa”, dijo el arzobispo. “Ni siquiera tenían una Biblia en su casa”.
El arzobispo dijo que le da dos instrucciones a sus católicos: “No teman. Jesús dijo: ‘No tengan miedo'”, él le dijo a su audiencia. Les dijo que nacieron en Pakistán por alguna razón.
“Conozcan su religión y sus valores religiosos, y exprésenlos en su vida”, dijo el arzobispo Shaw.