From the Bishop

HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO

By REVERENDÍSIMO KEVIN W. VANN, OBISPO DE ORANGE     3/2/2017

 

Como pastor y siervo de los fieles Católicos de la Diócesis de Orange, y también como un miembro comprometido de nuestra comunidad del Condado de Orange, me gustaría aprovechar esta oportunidad para ofrecer información adicional importante  y una  reflexión con respecto a la reciente demanda presentada donde se alega abuso de menores hace 27 años, por parte de Richard Coughlin, un sacerdote que desde hacía tiempo había sido destituido del ministerio y era fundador del Coro de All American Boys, y reafirmar nuestro compromiso continuo de proteger a los niños y jóvenes y de curar las heridas el pasado, con lo mejor de nuestra capacidad humana.

Nuestra Diócesis y la Iglesia han reconocido públicamente las fallas del pasado y se han disculpado personalmente con las víctimas de los abusos y sus familias, y han trabajado para lograr una resolución justa de cada demanda de abuso legítimo, permitiendo a las víctimas comenzar su proceso de sanación. La Diócesis de Orange llegó a varios de estos acuerdos con víctimas sobrevivientes de Richard Coughlin, como parte del acuerdo global alcanzado en enero de 2005. Desde hace mucho tiempo, esta valiente iniciativa para resolver estos casos de abusos de clérigos, de una manera respetuosa y humilde, e instituir procedimientos estrictos para la protección de los niños y de los jóvenes ha sido vista como un modelo para otros.

Bajo el liderazgo de mi predecesor, el Obispo Tod Brown, la Diócesis también tomó la medida sin precedentes al liberar todos los archivos de personal apropiados, relacionados con este acuerdo, en mayo de 2005. Además, poco después de que me instalaron como Obispo de Orange, di instrucciones para que la identidad de todos los sacerdotes retirados del ministerio público relacionados con la Carta para la Protección de los Niños y Jóvenes se pusiera a disposición del público en nuestro sitio web. (Bit.ly/2lPu1D2). Casi al mismo tiempo, la Diócesis inició un programa de contacto regular con los sacerdotes que fueron permanentemente retirados del ministerio, pero no laicizados, debido a violaciones de la Carta para la Protección de los Niños y Niñas Jóvenes, para asegurarse de que estuvieran siguiendo los términos de su remoción del ministerio.

Personalmente, he sido testigo de la pérdida de fe entre las víctimas de abuso y del dolor infligido por una relación fracturada con su comunidad de fe. Como parte de nuestro esfuerzo por promover la sanación, hemos brindado apoyo psicológico por parte de terceros y ahora he dado instrucciones para que comencemos a ofrecerles un asesor espiritual para ayudar a las víctimas en la sanación mental y espiritual de su victimización. Como Iglesia, buscamos apoyar a las víctimas emocionalmente, mentalmente y a buscar la reconciliación con su comunidad de fe. Tenemos recursos como grupos de apoyo y dirección espiritual que serán puestos a disposición de las víctimas.

El sujeto de este caso tan preocupante, Richard Coughlin, fue ordenado por la Arquidiócesis de Boston en 1953 e incardinado en la Arquidiócesis de Los Ángeles en los años 60, antes de llegar a la Diócesis de Orange, que fue creada en 1976. Coughlin abandonó el ministerio parroquial al fundar el Coro All American Boys, a principios de los años setenta. Al recibir denuncias de abuso contra Coughlin, el entonces obispo Norman McFarland se movilizó rápidamente para sacarlo del ministerio en 1993 y reportó la queja inicial a los Servicios de Protección Infantil ya la policía local. Desde ese tiempo, Coughlin no ha servido en ninguna capacidad ministerial aprobada. Como parte de nuestro compromiso de fomentar la sanación y la reconciliación por parte de las víctimas sobrevivientes, la Diócesis llegó a un acuerdo financiero con varias víctimas pasadas de Richard Coughlin, como parte de su acuerdo global. Esto era lo correcto que hacer para ayudar a estas víctimas a seguir adelante con sus vidas.

Como parte de nuestros esfuerzos por asegurar que estos tristes y trágicos acontecimientos del pasado no se repitan, en el 2002 la Diócesis implementó un conjunto de políticas y procedimientos para crear el ambiente más seguro posible para proteger a los niños y jóvenes confiados a nuestro cuidado. La Diócesis de Orange emplea una amplia selección de antecedentes para todos los adultos que probablemente estarán en contacto con niños – ya se han investigado más de 75,000. Este proceso permite la recopilación de una gran variedad de datos de depuración previa, incluyendo extensas comprobaciones de antecedentes y huellas dactilares, y está diseñado para mejorar las políticas diocesanas ya existentes.

Desde 2002, todo el clero, empleados y voluntarios han sido requeridos para someterse al Entrenamiento de Ambiente Seguro. Sólo en 2016 la Diócesis formó a 252 sacerdotes, 136 diáconos, 2,038 maestros y más de 28,300 empleados y voluntarios de escuelas. Nuestras escuelas y clases de Educación Religiosa en parroquias y centros diocesanos también proveen educación sobre Entrenamiento de Ambiente Seguro para la edad apropiada. En 2016, cerca de 54,000 niños participaron en este importante programa de concienciación.

Además de estos importantes exámenes de antecedentes y requisitos de capacitación educativa, la Diócesis sigue estos procedimientos importantes:

n La Diócesis coopera con los organismos encargados de hacer cumplir la ley y los organismos apropiados en la denuncia de incidentes de abuso sexual infantil. Siempre aconsejamos que, si usted está preocupado por una situación, llámenos, pero llame primero a la policía.

n Desde el 2002, hemos habilitado a un comité de revisión de supervisión independiente para investigar todas y cada una de las reclamaciones de abuso sexual infantil. (Bit.ly/2l6380N)

n En las parroquias y en las escuelas se ofrecen panfletos que describen nuestras políticas.

n Todo miembro del clero y cada empleado ha leído y firmado la política diocesana sobre conducta sexual inapropiada.

n Los seminarios se han comprometido a una exhaustiva y actual revisión y educación psicológica, antes de ser admitidos en el sacerdocio.

n Se realizan revisiones de antecedentes para todos los seminaristas, sacerdotes y hermanos y hermanas religiosos.

n Todas nuestras escuelas primarias usan la Serie de Vida Familiar RCL Benzinger (RCL Benzinger Family Life Series) y nuestros programas de educación religiosa han incorporado a su currículo de educación religiosa, Circulo de Gracia (Circle of Grace), un programa de educación de seguridad. Esto proporciona educación apropiada para la edad de nuestros hijos e información para maestros y padres.

n Nuestras escuelas secundarias han desarrollado un currículo de educación para la seguridad.

n Durante casi 15 años, la Diócesis ha tenido una línea de información para cualquier persona que tenga una preocupación acerca de los actos de abuso sexual infantil.

Yo, personalmente, y todos dentro de la Diócesis seguimos comprometidos para asegurar que los eventos del pasado no se repitan y seguimos vigilantes en la protección de nuestros niños y jóvenes. La Iglesia ha trabajado muy duro para proteger a los niños. Se ha hecho mucho, pero hay que hacer más. Hasta que el abuso sexual de menores ya no sea parte de la sociedad y la cultura, nuestro ministerio y esfuerzos para proteger y sanar donde ha habido daño continuarán.