SANTIAGO, Chile (CNS) — El patio de recreo en la escuela salesiana está lleno de niños vestidos con trajes de baño, riendo y gritando mientras jóvenes voluntarios les echan agua bajo el sol de verano.
Los niños tienen entre 6 y 12 años. Están participando en un campamento de verano de una semana, lo cual ayuda a los niños que vienen de hogares vulnerables a divertirse durante sus vacaciones de verano y los acerca a la Iglesia Católica en preparación para la visita del papa Francisco del 15 al 18 de enero.
Carolina Alfaro es la líder pastoral de la escuela y ayuda a operar el campamento. La iglesia está en una comunidad pobre, donde muchos de los padres están en prisión por robar o traficar drogas. Muchos de los niños piensan que la única manera de ganarse la vida es a través del crimen.
“La acción social es la manera de conectar con estos niños. Tenemos que mostrarles que nos importan y creemos en ellos y queremos (ayudar) con su bajo autoestima. Todos los días les pregunto cómo están, cómo le va a su familia y cómo ellos van en la escuela”, dijo Alfaro,
El campamento tiene sesiones especiales para prepararse para la visita del papa.
“¿Qué hemos aprendido sobre el papa esta semana?”, preguntó Alfaro recientemente mientras los niños formaban un círculo para cantar y orar.
“Su nombre real no es papa Francisco, es Jorge Mario”, dijo un niñito en camisa roja. Los niños están aprendiendo que el papa es el representante de Jesús y su visita se trata de diseminar un mensaje de paz y alegría.
Unas 130 personas están agrupadas por edad en el campamento. Cada grupo tiene un voluntario adolescente católico con una camiseta color anaranjado brillante que también asiste a la escuela.
Vicente Inostroza, de 17 años, es uno de los voluntarios del campamento.
“Aunque es realmente agotador, me encanta estar aquí”, él dijo. “Es tan divertido estar con los niños. Hoy yo y otros dos voluntarios no vamos a vestir como los tres reyes para enseñarle a los niños cómo ellos siguieron la estrella de Belén y los regalos que le trajeron a Jesús”.
Durante la visita del papa Francisco, tanto Inostroza como Alfaro irán a una reunión grande de jóvenes católicos en el Santuario Nacional de Maipú en Santiago. Recientemente Alfaro fue parte de un grupo de jóvenes católicos que hablaron con personal de la oficina el arzobispo acerca sus opiniones de ser jóvenes católicos en Chile. El papa Francisco ha dedicado el Sínodo de los Obispos de este año al tema de los jóvenes.
Otro joven católico en el grupo fue Ignacio Leiva, de 22 años, voluntario de un grupo llamado Voces Católicas que intenta lograr que las opiniones católicas sean escuchadas en los medios de comunicación principales.
Todos los jóvenes católicos en el grupo dijeron que ser católico en Chile es difícil porque, después de varios escándalos, mucha gente a dejado de confiar en instituciones como la iglesia y el gobierno y es difícil lograr que los jóvenes conecten con la iglesia.
“Hoy día personas de mi edad se sienten muy solas y es por eso que siempre estamos en las redes sociales. Queremos sentirnos parte de algo. Y hoy día la iglesia no le ofrece a las personas suficiente ayuda para ayudarles a sentirse que son parte de un grupo”, dijo Leiva.
Él dijo que aunque hay muchos movimientos juveniles, la iglesia necesita trabajar más en las parroquias para generar interés entre jóvenes otra vez. Él dijo que sabe que es un problema porque menos personas se están haciendo sacerdotes. Él dijo que quiere ver una variedad de más actividades y servicios en las parroquias para intentar involucrar a los jóvenes, pero añadió que los jóvenes deberían ser más proactivos.
“Durante demasiado tiempo hemos pensado que nuestro trabajo era escuchar a (personas) mayores y hacer lo que se nos decía — cosas como mover sillas — pero deberíamos ser más dinámicos”, él dijo.
Él también dijo que tiene la esperanza de que la visita del papa inspire a su generación a tomar control.
“El papa viene aquí a decirles a ustedes que no están solos y eso es muy importante, así que será un gran grupo de jóvenes todos juntos con el papa y estoy seguro de que las personas que vayan a la reunión en Maipú se sentirán distintas después”, él dijo.
Valentina Toro, de 25 años, trabaja en la Academia de Líderes Católicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que el papa Francisco visitará el 17 de enero. Toro es miembro del Movimiento Católico de Renovación Carismática y cree que esta es la manera de modernizar la iglesia y hacerla más interesante para los jóvenes.
Toro dijo que está contenta porque el papa Francisco, argentino, viene a visitar.
“Él verdaderamente entiende nuestra América Latina, lo que es buenísimo. Y él es tan amigable y tan fácil de identificarnos con él. Los jóvenes católicos siempre se quejan de que nunca se nos consulta lo suficiente, pero ahora la iglesia nos está escuchando y eso es maravilloso”, ella dijo.