MARRAKECH, Marruecos (CNS) — Líderes musulmanes de todo el mundo aprobaron una declaración defendiendo los derechos de las minorías religiosas en los países predominantemente musulmanes.
Los participantes dijeron que la Declaración de Marrakech, desarrollada durante una conferencia realizada del 25 al 27 de enero, se basó en la Carta de Medina, contrato constitucional entre el profeta Mahoma y el pueblo de Medina. La declaración dice que la constitución, instituida hace 1,400 años, garantiza la libertad de culto de todos, sin importar el credo.
La conferencia incluyó líderes musulmanes de más de 120 países, representantes de comunidades religiosas perseguidas (incluyendo los católicos caldeos de Irak) y funcionarios gubernamentales.
La declaración dice que “las condiciones en varias partes del mundo musulmán han deteriorado peligrosamente debido al uso de violencia y lucha armada como herramienta para transar conflictos e imponer el punto de vista de uno”, lo cual ha facilitado que grupos criminales emitan edictos que “distorsionan alarmantemente” lo que son “los principios y las metas fundamentales” del islamismo.
“Es impensable usar la religión para el propósito de agredir los derechos de las minorías religiosas en los países musulmanes”, dice la declaración.
Esta hizo un llamado a que:
— Los eruditos musulmanes “desarrollen jurisprudencia sobre el concepto de ‘ciudadanía’ que sea inclusiva de grupos diversos.
— Las instituciones educativas musulmanas revisen los currículos para atender el material que “instiga la agresión y el extremismo, lleva a la guerra y el caos y resulta en la destrucción de nuestras sociedades compartidas”.
— Los políticos y líderes a tomen las medidas necesarias para legalmente “fortalecer las relaciones y la comprensión entre los varios grupos religiosos en el mundo musulmán”.
— Todos los miembros de la sociedad “establezcan un movimiento amplio para el trato justo de las minorías religiosas en los países y tengan conciencia sobre sus derechos y trabajen juntos para asegurar el éxito de estos esfuerzos”.
— Los grupos religiosos remuevan “la amnesia selectiva que bloquea los recuerdos de los siglos de vida conjunta y compartida en la misma tierra”.
La declaración dice que la cooperación tiene que ser basada en “Una Palabra Común”, declaración emitida en el 2007 y originalmente firmada por 138 eruditos musulmanes y endosada más tarde por otras docenas de líderes musulmanes. Dirigida al entonces papa Benedicto XVI y los líderes de otras iglesias cristianas, la declaración hacía un llamado a nuevos esfuerzos en el diálogo cristiano-musulmán basado en la creencia compartida de la existencia de un Dios, del amor de Dios por la humanidad y de la obligación de la gente de amarse unos a otros.
Con un porcentaje tan grande de la población mundial perteneciendo a los credos cristianos y musulmanes, los eruditos de Una Palabra Común insistieron que “el futuro del mundo depende de la paz entre los musulmanes y los cristianos”.
“La base para esta paz y comprensión ya existe. Es parte de todos los principios fundamentales de ambos credos: amarse unos a otros y amar al prójimo”, esta dice.
“Los musulmanes, los cristianos y los judíos deberían ser libres cada uno de seguir lo que Dios le ordenó y no tener que “postrarse ante reyes y tales'”, dice la declaración Una Palabra Común insistiendo que “la justicia y la libertad de religión son partes cruciales” del amor al prójimo requerido tanto por el Corán como por la Biblia.
Los 50 líderes no musulmanes presentes en la conferencia Marrakech compartieron preocupaciones por la violencia en nombre de la religión, por las limitaciones de la ciudadanía, por las restricciones a la libertad de religión o a las creencias y por la xenofobia, especialmente la islamofobia de parte de líderes y sus religiones; reafirmaron los valores compartidos con los musulmanes y pidieron perdón por las heridas pasadas y actuales en las cuales sus comunidades son cómplices.
El cardinal Theodore E. McCarrick, arzobispo emérito de Washington, proveyó el informe público de los observadores interreligiosos en la conferencia.
“Tuve el privilegio de haber escuchado la declaración de nuestra reunión final. Es verdaderamente un gran documento, uno que influenciará nuestros tiempos y nuestra historia. Es un documento que nuestro mundo ha estado esperando y es un tributo a los eruditos musulmanes que lo prepararon. Como uno del Pueblo del Libro, les agradezco este documento y agradezco al Señor, quien le ha provisto a sus seguidores la valentía de preparar este documento.
“Me honra apoyarlo como observador”, él dijo.
Los organizadores de la conferencia dijeron tener la esperanza de exhortar a las naciones musulmanas a aceptar la declaración como ley islámica formal.
La conferencia fue liderada por el jeque Abdallah Bin Bayyah, presidente del Foro para Promover la Paz en las Sociedades Musulmanas, con sede en los Emiratos Árabes Unidos. Esta se realizó bajo el auspicio del rey Mohammed VI de Marruecos y fue organizada por el ministerio de donaciones y asuntos islámicos y el Foro para Promover la Paz en las Sociedades Musulmanas.