CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El mapa de los cristianos en el viaje de la vida se trata de mantener a Jesús en el corazón, los ojos en el cielo y los pies en la tierra diseminando el Evangelio, dijo el papa Francisco.
“La vida cristiana será bella y también será gozosa” si la gente mantiene en sus corazones la alegría que sintieron cuando se encontraron con Cristo por primera vez, le oran diariamente a Dios en el cielo y salen en misión, él dijo el 26 de mayo durante la Misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta.
El papa dijo durante su homilía que las Sagradas Escrituras indican tres lugares y cosas que componen “la topografía del espíritu cristiano” : Galilea y la memoria; el cielo y la oración; el mundo y la misión.
El primer lugar es el Galilea personal, dónde él o ella encontró a Cristo por primera vez y “tuvimos esa alegría y ese entusiasmo de seguirlo”.
“Para ser un buen cristiano es necesario siempre tener la memoria del primer encuentro con Jesús o de los sucesivos encuentros”, él dijo, porque con esta “gracia de la memoria” cada persona encontrará certeza en el momento de la prueba.
El segundo punto de referencia, él dijo, es la oración, saber que Jesús en el cielo “siempre está vinculado a nosotros para interceder por nosotros”.
Por lo tanto, “debemos pedir la gracia de contemplar el cielo, la gracia de la oración, el trato con Jesús en la oración, que en ese momento nos escucha, está con nosotros”, dijo el papa.
El último lugar en este mapa es el mundo, él dijo.
Jesús dijo a sus discípulos: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos”, lo que significa que los cristianos están llamados a salir y estar en el mundo “para anunciar la Palabra de Jesús, para decir que estamos salvados, que él vino para darnos la gracia, para llevarnos a todos con él ante el padre”, él dijo.
La misión “no quiere decir que todos deben ir al extranjero; ir en misión es vivir y dar testimonio del Evangelio, es (dar a conocer a otros) cómo es Jesús” con el ejemplo y con la palabra porque “si yo digo cómo es Jesús, cómo es la vida cristiana, pero vivo como un pagano, eso no sirve”.
La memoria, la oración y la misión es cómo los cristianos son bendecidos con una alegría que “nadie les quitará”, él dijo. “Nadie, porque tengo la memoria del encuentro con Jesús, tengo la certeza de que Jesús está en el cielo en este momento e intercede por mí, está conmigo, y yo rezo y tengo el valor de hablar, de salir de mí y hablar a los demás y dar testimonio con mi vida de que el Señor resucitó, está vivo”.