CIUDAD DE PANAMÁ (CNS) — Lisboa, Portugal, abrirá sus puertas a los jóvenes del mundo en el 2022 para la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El anuncio de que será Portugal lo hizo el cardenal Kevin Farrell, quien encabeza el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida en el Vaticano, durante la Misa final de la JMJ el 27 de enero. Por su parte, representantes de la JMJ confirmaron el año y la ciudad.
Al escuchar el lugar de la próxima celebración, los portugueses reaccionaron con una alegría desbordante, ondeando la bandera de su país y coreando: “¡Somos la juventud del papa!”.
Luego, el papa Francisco saludó al presidente de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa, presente en la Misa.
Los peregrinos se despertaron muy temprano al son de muy alegre música, mientras se asomaba el caliente sol panameño. A pesar del calor, los peregrinos bailaban y cantaban, a la espera de la llegada del papa Francisco.
En su homilía, el Santo Padre alentó a los jóvenes católicos a que sean partícipes en el mundo de hoy para asegurar un mejor mañana.
“Ustedes, queridos jóvenes, no son el futuro sino el ahora de Dios. Él los invita y los llama en sus comunidades y ciudades a salir al encuentro de sus abuelos, las personas mayores; levantarse, hablar con ellos y darse cuenta del sueño con el que el Señor los soñó”, dijo.
El papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio del domingo según san Lucas, en la cual Jesús empieza su ministerio público proclamando en la sinagoga que “se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.
Proclamar la Buena Nueva de la promesa de Dios de liberar a los cautivos y los oprimidos, fue un momento importante en la vida de Jesús, dijo el papa.
Sin embargo, continuó, muchos de aquellos en la sinagoga seguían incrédulos y no estaban preparados “para creer en alguien que conocían y habían visto crecer”.
“Lo mismo también puede sucedernos a nosotros. No siempre creemos que Dios puede ser tan concreto y cotidiano, tan cercano y real, y menos aún que se haga tan presente y actúe a través de alguien conocido como puede ser un vecino, un amigo, un familiar”, dijo el papa.
Los jóvenes, alertó, se arriesgan viendo su misión, vocación e incluso sus vidas como algo distante en el futuro que “no tiene nada que ver con el presente”, mientras los adultos pueden caer en la trampa de inventarles “un futuro higiénicamente bien empaquetado y sin consecuencias, donde todo está garantizado, seguro y ‘bien asegurado'”.
“El Señor y su misión no son un ‘mientras tanto’ en nuestra vida, algo pasajero. ¡Son nuestra vida!”, les dijo el papa Francisco. “¿Quieren vivir la concreción de su amor? Que vuestro “sí” siga siendo la puerta de ingreso para que el Espíritu Santo nos regale un nuevo Pentecostés al mundo y a la Iglesia”.