WASHINGTON (CNS) — Algunas reliquias del beato Óscar Romero, incluyendo un pañuelo con sangre del día en que fue asesinado, brevemente serán parte de la observancia de Quincena por la Libertad el 1 de julio en Los Ángeles.
Un pañuelo con sangre del día en que el arzobispo Romero fue martirizado en El Salvador y un micrófono que frecuentemente usaba cuando celebraba la Misa todos los domingos estarán presentes durante una Misa especial de mediodía en la catedral Our Lady of Angels y para veneración pública hasta las 2 p.m., decía un comunicado de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
Las reliquias del beato Romero serán unidas a las de los santos Thomas More y John Fisher, pero las reliquias del mártir salvadoreño se quedarán en Los Ángeles y no viajarán con las otras reliquias para el cierre de la Quincena por la Libertad en Washington el 4 de julio.
La Arquidiócesis de Los Ángeles dijo en un comunicado que el beato Romero, quien fue beatificado el 15 de mayo, “abogaba por el amor cristiano recordándole a las personas que son amadas por Dios y que defenderse con la caridad cristiana era el camino a la victoria durante la guerra civil de 12 años en El Salvador.
Carlos Colorado, abogado de Los Ángeles que tiene un blog y escribe extensamente sobre el beato Romero, dijo estar complacido porque se estableció un vínculo entre el arzobispo salvadoreño, — asesinado durante la Misa después de hablar abierta y repetidamente a favor de los pobres y contra la violencia — y los santos ingleses del siglo 16 que hablaron abiertamente durante sus tiempos.
Lo que vincula a los tres, dijo Colorado, es la idea de que “a veces uno tiene que enfrentarse a su propio gobierno”. A veces ser personas de fe lleva a otros a acusarnos de no ser patriotas y ser desleales al país, él dijo a Catholic News Service.
Hoy día nadie cuestiona si san Thomas More y san John Fisher eran patriotas o no, él dijo. Y en su momento el beato Romero también será visto como un gran patriota en su propio país, aunque fuera acusado de lo opuesto cuando estaba vivo y hasta en la muerte.
“La lección más importante es la idea de ser radicalmente fiel. Uno tiene que seguir su fe aunque las consecuencias sean terribles”, y uno enfrenta el rechazo del mundo y a veces hasta del gobierno, dijo Colorado. Eso es exactamente lo que el beato Romero enfrentó cuando defendió a los pobres y a aquellos que menos parecían importar en la sociedad salvadoreña durante las décadas de 1970 y 1980″, añadió.
“Es un nivel de radicalismo con el cual no estamos familiarizados”, él dijo.
Colorado planificaba visitar las reliquias de san Thomas More con otros abogados y jueces de la St. Thomas More Society, grupo de abogados católicos. Pero debido a que nació en El Salvador y debido a su afinidad con el beato Romero como mártir, él dijo que poder venerar las reliquias trae un tipo de alegría especial y también gratitud hacia el arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, quien reconoce la presencia de los católicos salvadoreños en la comunidad.
Los Ángeles tiene una de las poblaciones salvadoreñas más grandes fuera de El Salvador. En el 2010 un estimado del censo estadounidense calculó que la comunidad salvadoreña en la zona tenía 350,000 personas, pero organizaciones salvadoreñas creen que el número es mucho más alto. Muchos de ellos, incluyendo a Colorado, terminaron en Los Ángeles después de huir de la guerra civil en su país, en la cual el beato Romero fue uno entre un estimado de 75,000 salvadoreños que murieron de 1980 a 1992.
Durante sus homilías y programas radiales, el beato Romero llamaba a detener la violencia, particularmente a detener los asesinatos civiles por fuerzas gubernamentales, aun cuando él fue amenazado repetidamente. Él fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba Misa.
El beato Romero, junto con los santos británicos, es uno de 14 “testigos por la libertad” presentados durante la Quincena por la Libertad, campaña nacional de la Iglesia Católica de educación sobre la libertad religiosa.