En todo momento, María estuvo al lado de su hijo. Durante meses, ella llevó a Jesús en su vientre y lo cuidó a medida que se convirtió en un niño. Cuando cumplió 12 años, sintió ansiedad y temor cuando Jesús se perdió en Jerusalén y luego lo encontró después de tres días. María también estuvo con Jesús varios años después de una boda en Caná, donde realizó su primer milagro, convirtiendo el agua en vino, después de que María acudió a Él en busca de ayuda. María siguió siendo una madre amorosa y fiel hasta el final, y a cada paso del camino de su hijo hacia la cruz.
Durante el mes de mayo, los católicos celebran a María con rezos del rosario, cantos, flores, novenas y se centran en las historias de la vida de María como modelo mariano para todas las madres.
“El Modelo Mariano es amor y se traduce en nuestras propias madres, nuestras madres biológicas, el amor es lo que mejor demuestran las madres”, expresó el obispo Thanh Nguyen.
María experimentó muchos momentos de tristeza y alegría con la resurrección de Jesús. Las madres también enfrentan muchos desafíos mientras crían a sus propios hijos y la vida de María puede ser el modelo que necesitan para navegar por la maternidad.
“Si tomamos un momento para meditar sobre la vida de María, nos damos cuenta de que ella sufrió inmensamente, que enfrentó grandes desafíos y, sin embargo, modeló cómo responder a todos los desafíos y sacrificios”, dijo la doctora Pia de Solenni, canciller de la Diócesis. “Pasar tiempo con ella en oración y meditación ayuda a cualquier madre en su situación. María enfrentó los desafíos sin comprometerse de ninguna manera”.
Desde 1914, el Día de las Madres se celebra en los Estados Unidos como feriado oficial el segundo domingo de mayo. Aunque la festividad no está en el calendario de la Iglesia, su conexión con las tradiciones de la Iglesia de honrar a María en mayo es significativa.
“La maternidad es la conexión, así que, al celebrar la maternidad de nuestra madre biológica, también debemos honrar a nuestra madre espiritual, a nuestra Santísima Madre”, explicó el obispo Nguyen.
En Vietnam, el obispo Nguyen se crio en una familia con una gran dedicación a María. El rosario formaba parte de sus oraciones diarias matutinas y vespertinas. En mayo, muchas parroquias en Vietnam celebran con rezos de rosarios y procesiones marianas, donde los niños eran seleccionados para usar vestidos especiales y ofrecer flores a María. En otras partes del mundo también se llevan a cabo tradiciones similares de honrar a María durante el mes de mayo.
“Necesitamos conectarnos con María para alcanzar a Jesús”, señaló el obispo Nguyen. “María quien llevó a Jesús en su vientre nos ayudará a conectarnos con Jesús quien es amor. El propósito de la devoción mariana es siempre llegar a Jesús y no quedarse concentrados en María”.
La dra. Solenni dijo que definitivamente debería de existir una perspectiva católica del Día de la Madre.
“Después de todo, llamamos a la Iglesia ‘Madre’”. Eso es de un significado real, no solo simbólico. Si se revisa a Génesis, verás que Dios le da a Adán y Eva el mandato de dominar la tierra y multiplicarse. Esto sucede antes de la caída, por lo que no es una consecuencia del pecado, sino una indicación de nuestra vocación humana. Restaurar nuestra relación después del pecado original requería el sacrificio supremo de Cristo, que entregó su vida por nosotros”, explicó la dra. Solenni. “Él eligió una relación nupcial con la Iglesia donde a Iglesia es su esposa y nuestra madre. La maternidad de la Iglesia es el medio por el cual recibimos los sacramentos que restauran nuestra ruptura en la relación con Dios para darnos la vida eterna a cada uno de nosotros. Toda madre está llamada a cuidar a su hijo de una manera similar”.
Desde el momento en que nace un bebé, muchos hospitales alentarán a las madres a unirse con su recién nacido a través del contacto piel a piel donde el bebé se coloca sobre su vientre en el pecho de la madre. La doctora Raylene Philips, especializada en atención pediátrica en a división neonatal-perinatal en el Hospital de Niños de la Universidad de Loma Linda, escribió en un artículo para Medscape que el simple gesto “ayuda a los bebés en la transición del período fetal a la vida neonatal con mayor capacidad respiratoria, y estabilidad en la respiración y la glucosa, y significativamente menos llanto lo que indica disminución del estrés. Estar piel con piel con la madre protege al recién nacido de los efectos bien documentados de la separación, apoya el desarrollo óptimo del cerebro y facilita el apego, lo que promueve la autorregulación del bebé con el paso del tiempo”.
La ciencia demuestra que el papel de las madres es importante para sentar las bases desde el principio y que eso puede tener beneficios duraderos para los niños.
“Los datos sociológicos demuestran de manera abrumadora lo que la mayoría de las civilizaciones han sabido durante milenios: las madres son esenciales para la crianza de seres humanos sanos”, dijo la dra. Solenni. “Muchas madres reciben muy poco reconocimiento por el trabajo que realizan con sus hijos. Sin embargo, siguen sirviendo, impulsados por un profundo amor por sus hijos. Reconocer sus contribuciones esenciales contribuiría en gran medida a apoyar y alentar su labor, lo que, a su vez, contribuiría a mejorar la sociedad para todos nosotros”.