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UNA HISTORIA PARA CONTAR

EL VETERANO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, HOWARD BEACH, MARAVILLÓ A LOS ESTUDIANTES CON SUS RELATOS DURANTE LA ASAMBLEA ESTUDIANTIL EN LA ESCUELA BETHEL BAPTIST SCHOOL EN SANTA ANA

By TOM CONNOLLY     12/12/2016

Cuando el veterano de la Segunda Guerra Mundial, de 91 años, Howard Beach, se sentó en el escenario del auditorio de la escuela Bethel Baptist School, de Santa Ana, el 10 de noviembre, y se preparó para hablar ante el alumnado, la sala quedó en silencio en anticipación.

El director Danny Thomas, en conmemoración del Día de los Veteranos y el aniversario 50 de la escuela, invitó a Beach para que compartiera su experiencia militar con los estudiantes.

A pesar de caminar con la ayuda de un bastón ‒una ayuda temporal hasta que disminuya el dolor del nervio ciático‒ Beach se mostró alegre e ingenioso al dirigirse a los 225 estudiantes, muchos de ellos estudiantes extranjeros.

Beach compartió relatos impresionantes de cómo su unidad de infantería irrumpió en la playa de Omaha, en Normandía, Francia, en los primeros días del mes de junio de 1944, lo cual inició el ataque al ejército alemán.

“Yo quería que los estudiantes tuvieran una apreciación de lo que significa el sacrificio y lo que significaba sacrificarse por su país”, dijo Beach, un católico devoto y feligrés de la Iglesia Católica de Santa María en Fullerton. “Me di cuenta de que la Divina Misericordia me estaba instando a aceptar ‘Su amor fuerte’ y mantener la cordura en el régimen extremo impuesto a todas las tropas, para hacer frente a la cruda realidad del combate. Fue una epifanía que consoló y me llevó a aceptar la Misericordia de Dios; colocar mi destino en Sus Manos; y aceptar que se hiciera Su Voluntad”.

En los siguientes 11 meses, Beach, con tan solo 18 años de edad en ese entonces, combatió en numerosas batallas en Francia, Bélgica, Luxemburgo y Alemania.

Beach habló sobre las condiciones severas que tuvo que superar su unidad, la desesperanza, combatir el entumecimiento y el temor constante de ser emboscados.

Los estudiantes se conmovieron con sus relatos.

“Me gustó mucho su presentación”, dijo la estudiante del octavo grado, Jessica Le. “Se mostró humilde y ahora entiendo acerca de los sacrificios que se hicieron para todos los estadounidenses”.

Larry Barton, profesor de historia en la escuela Bethel, y veterano de las guerras de Vietnam y del Golfo, explicó la importancia de las medallas que ganó Beach durante su servicio militar, incluyendo la Estrella de Plata, otorgada a Beach por su heroica actuación en 1944.

“Quería que nuestros estudiantes conocieran y escucharan a un verdadero héroe de la Segunda Guerra Mundial”, dijo Barton. “Quería que supieran que la libertad no es gratis y que muchos soldados han dado sus vidas por su país”.

Beach recordó la historia cuando su unidad se encontró ante un hospital alemán, lleno de soldados alemanes confinados a sillas de ruedas. Les compartieron a los estadounidenses que sabían que estaban perdiendo la guerra y se mostraban muy preocupados por la posibilidad que los rusos ocuparan su sección de Alemania después de la guerra.

“Irónicamente, durante unas horas se detuvo la guerra”, dijo Beach. “Logramos relacionarnos con los soldados alemanes heridos y, de hecho, sentimos compasión”.

Al llegar a Marburg, Alemania, la unidad de Beach se encontró con una mujer estadounidense, de Brooklyn, y quien abrió las puertas de su casa a los soldados estadounidenses. Ella había llegado a Alemania antes de que iniciara la guerra para visitar a familiares, pero una vez que estalló la guerra, el gobierno Nazi no permitió que saliera del país. Ella extrañaba su país y se sentía encantada de pasar unos momentos con otros estadounidenses.

Beach dijo que la breve visita les ayudó a subir la moral, sin embargo, solo unas pocas horas más tarde, se enfrentaron a la naturaleza brutal de la guerra. Su unidad encontró a 24 soldados estadounidenses que habían sido asesinados por la aviación alemana.

Beach cautivó a los jóvenes estudiantes con su personalidad paternal y el tono de su voz.

“Fue algo educador”, dijo Olivia Moxie, de 14 años. “No puedo creer que conocí a un veterano real de la Segunda Guerra Mundial y escuché sus experiencias militares. Su memoria está muy clara sobre lo que sucedió”.

Una de las historias finales que Beach compartió, y quizá la más edificante, la inició con el dicho “lo que se siembra, se cosecha”.

La unidad de Beach ayudó a liberar Munster, Alemania en los últimos meses de la guerra en 1945.

“Hace más de 60 año, yo participe en una batalla cerca de Munster, Alemania”, dijo Beacn, un nativo orgulloso de Milkawee, Wisconsin. “En la misma ciudad, en el 2005 y 2006, mi hija mayor, Maripat, enseñó a estudiantes alemanes (en el marco del Programa Fullbright). Nunca podría haber predicho que iba a ser parte de un proceso para construir relaciones positivas, en el mismo lugar, como mi participación en la destrucción en 1944-45”.

A medida que la presentación llegaba a su fin, el director Thomas pidió a los estudiantes que se pusieran de pie y repitieran: “Conocí a un veterano de la Segunda Guerra Mundial”. Lo cual fue seguido por una ovación de aplausos para Beach, quien estaba claramente conmovido por el gesto. Después de la presentación, la maestra Dawn White y su clase de segundo grado presentaron a Beach una bandera estadounidense.

Conmovido por el gesto y la muestra de compasión, Beach saludó personalmente a los estudiantes y respondió preguntas.

Beach terminó su servicio militar en octubre de 1945, e inició una larga carrera profesional con la empresa Industrial Corporation Appraisal Company. En los últimos años, ha hecho innumerables visitas a escuelas en los condados de Orange y Los Ángeles, para compartir sus experiencias militares. Beach también escribió un libro sobre su carrera militar: “The Private War or Howard Beach”.

En el 2004, Beach y su familia viajaron a Normandía para asistir al 60 aniversario de la invasión de Normandía. Durante la ceremonia, Beach tuvo el privilegio de reunirse con el presidente George W. Bush y el actor Tom Hanks.

Beach y su esposa por 68 años, Murphy, viven actualmente en una comunidad para personas mayores en Fullerton.