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ALBERGUE SCALABRINIANO INUNDADO POR HONDUREÑOS VIAJANDO AL NORTE

By DAVID AGREN, CATHOLIC NEWS SERVICE     10/23/2018

CIUDAD DE MÉXICO (CNS) — Un albergue scalabriniano para migrantes en Guatemala le ha ayudado a 1,700 hondureños viajando al norte que forman parte de una caravana que procura llegar a la frontera de Estados Unidos.

Carlos López, funcionario del refugio, dijo durante una entrevista con Catholic News Service que la instalación scalabriniana en Ciudad de Guatemala le sirve normalmente a 80 huéspedes a la vez. Pero el número de migrantes que están llegando de Honduras ha obligado al albergue a ofrecerles alojamiento en una escuela cercana.

Él dijo que los recursos para ayudarles son escasos y los trabajadores del refugio están cansados ya que tienen que trabajar turnos de 48 horas consecutivas. La lluvia también complica la vida de los migrantes que viajan a pie y a veces se ven obligados a dormir al aire libre.

“Tenemos la cancha de fútbol tenemos ahorita llena, en el comedor, en todos espacios, en todos lugares hay gente … en las gradas, igual en el gimnasio del colegio hay muchas más personas”, él dijo. “El problema ahorita es el tema de la alimentación y la higiene … es un caos lo que estamos viviendo ahorita”.

Una caravana de hondureños salió de la ciudad de San Pedro Sula el 13 de octubre, pero sus números crecieron mientras cruzaban hacia Guatemala. López dijo que nadie estaba seguro del tamaño exacto de la caravana, pero la comparó con “una bola de nieve bajando una montaña” y calculó que tenía más de 5,000 participantes.

“Aquí hay ancianas de 75 años, niños de 2 meses; es una crisis humanitaria realmente”, él dijo.

La caravana captó la atención de Trump, quien amenazó que si la caravana seguía en camino, él eliminaría ayuda a Guatemala y Honduras — $1,000 millones en 2017 y 2018, según la entidad de análisis Oficina en Washington para América Latina.

Guatemala emitió un comunicado diciendo que detendría la caravana, aunque los países centroamericanos se permiten unos a otros que sus ciudadanos crucen las fronteras libremente.

México envió a su frontera sur dos aviones llenos de oficiales de la policía federal el 15 de octubre mientras los primeros migrantes llegaban a la zona. El ministerio de relaciones exteriores del país dijo en un comunicado que todo aquel que tuviese los documentos apropiados podría entrar a México, mientras que los que se proponían solicitar asilo podrían hacerlo. Sin embargo, toda persona que no satisficiera los requisitos de entrada sería regresado.

El vicepresidente Mike Pence les dijo a los migrantes centroamericanos en un tuit que se detuvieran, diciendo que la carretera hacia el norte presenta riesgos y que “si los migrantes no pueden venir a Estados Unidos legalmente no deberían venir de ninguna manera”.

El Triángulo Norte de Centroamérica — Honduras, Guatemala y El Salvador — es una de las regiones más violentas del mundo, aunque sus índices de asesinatos se han reducido en años recientes. Nicaragua también ha experimentado una corriente de personas saliendo  debido a la situación política y los ataques de policías y paramilitares contra la oposición, aunque muchos de los migrantes se dirigen por el sur hacia Costa Rica.

“Pobreza, falta de oportunidades, violencia y extorsión por el tema de las pandillas … (la gente) ya no puede vivir en esta zozobra (y) por eso están tomando estas acciones”, dijo López.

En 2017, casi 299,000 centroamericanos fueron considerados refugiados o solicitaron asilo, según la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteamérica.

“La crisis diaria de subsistencia … derivada de la imposición de sistemas políticos autoritarios y modelos económicos excluyentes obligan a las personas a huir de sus países para tener una vida digna y a veces para salvaguardar la vida”, dijo la red el 17 de octubre en un comunicado.