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BRINDANDO AYUDA

LA MISIÓN MÉDICA A GUATEMALA CONMUEVE 
A LOS VOLUNTARIOS DE “MANERA REAL”

By GREG MELLEN     4/1/2019

Para Erik Wexlery P.K. Khurana, las imágenes y emociones permanecerán. El pueblo de San Sebastián se alza a más de 7,500 pies de altura sobre el nivel del mar. Las espectaculares montañas Cuchumatanes sobre Chicaman (Guatemala) brindan una belleza natural inigualable.

Pero es un telón de fondo para la pobreza severa, los hogares que carecen de electricidad o agua potable, y las familias que se separan a medida que los hombres viajan lejos en busca de trabajo. Y, a pesar de todo, Wexler fue testigo de la alegría y la inocencia de los niños, y el espíritu de su gente.

Esto es solo algo con lo que regresaron Wexler, Khurana y un equipo de voluntarios tras su misión de ocho días a
Guatemala.

“Esto ciertamente profundiza la fe”, dijo Wexler. “Sentí que estaba más cerca de Dios, al servicio de los necesitados”.

Wexler, director ejecutivo de Providence St. Joseph Health del Sur de California, y Khurana, director de estrategia de la región del sur de California, formaron parte del grupo de 18 ejecutivos del sistema de salud Providence St. Joseph que viajaron a las aldeas para ayudar a los residentes a mejorar su higiene y prácticas de salud.

Providence St. Joseph Health es un sistema de salud nacional, católico, sin fines de lucro de 119,000 cuidadores. El sistema fue fundado por las Hermanas de la Providencia y las Hermanas de San José de Orange.

“Estábamos allí para ayudar al pueblo guatemalteco, particularmente en las áreas más remotas, a vivir vidas más felices y saludables”, dijo Wexler sobre el viaje de febrero.

Este fue el viaje inaugural de servicio a Guatemala para Providence, en asociación con Medical Teams International, para implementar un programa de salud materno-infantil en 12 comunidades indígenas en las tierras altas centrales de Guatemala.

Providence también trabaja con Faith in Practice, que coordina equipos médicos y quirúrgicos para proveedores de cuidado de salud, y estudiantes de medicina guatemaltecos que recientemente participaron en los programas de residencia de Providence.

Wexler dijo que Providence ha brindado ayuda por años a América Central, incluyendo a El Salvador y Tijuana (México).

Trabajaron codo a codo con los aldeanos y miembros de la organización sin fines de lucro, Medical Teams International; el equipo construyó 27 letrinas y estaciones de lavado de manos, y proporcionó educación sobre limpieza y preparación de alimentos para que las aldeanas compartan con sus vecinos, y de esa manera, ayudar a reducir la diarrea, la desnutrición y enfermedades respiratorias que son las principales causas de muerte en niños menores de dos años. 

Wexler dijo que después de volar a la Ciudad de Guatemala, el equipo se embarcó en un agotador viaje en autobús que tomó nueve horas, para viajar 125 millas a Chicamán. Desde allí, el equipo subió a más de 6,000 pies de altura para llegar hasta San Sebastián.

Después de que los aldeanos cavaron hoyos de 10 pies para las letrinas, los equipos de voluntarios instalaron pisos de concreto y estructuras de fibra de vidrio. Wexler dijo que deberían durar unos tres años. También se instalaron lavados y suministros para el lavado de manos.

Wexler explicó que los aldeanos necesitan desesperadamente fuentes limpias de agua y que sobreviven de la escorrentía de la temporada de lluvias, que después almacenan.

“Cuando se agota, caminan durante horas en busca de agua. Es un estilo de vida muy difícil”, expresó Wexler.

Tan importante como las estructuras fue la educación. Se formó y enseñó a un grupo de líderes comunitarios, incluidas madres consejeras, para ayudar a proveer educación sobre la salud a su comunidad.

Después del último día de trabajo, se organizó una celebración comunitaria para agradecer a los voluntarios. Parte del entretenimiento fue la entonación de los niños de los himnos nacionales de Guatemala y de los Estados Unidos.

Para Wexler, fue la primera vez que participa en una misión de este tipo.

“Era a primera vez que me sumergía por completo en el trabajo misionero. Es una experiencia muy enriquecedora”, dijo. “Te das cuenta de cuánto exceso tenemos. Me hizo comprometerme a volver; casi te sientes culpable”.

Wexler ya dijo que planea regresar a la aldea guatemalteca para ayudar a instalar estufas que ayuden a reducir las enfermedades pulmonares que surgen de cocinar en interiores sobre pozos abiertos.

En noviembre, Wexler señaló que viajará a Tijuana (México), como parte de otra misión de ayuda.

Khurana quedó igualmente impresionado.

“Realmente me abrió los ojos”, explicó Khurana. “Cada noche reflexionábamos sobre nuestras experiencias, e inevitablemente todos reconocían que en Estados Unidos vivimos en abundancia y tenemos tanto que compartir que a menudos damos por sentado los recursos que tenemos a nuestro alcance”.

La misión médica era algo más que proporcionar ayuda en una aldea remota. Wexler explicó que fue transformador de una manera “muy real”.

Pero frente a tal privación, Wexler reconoció la esperanza del pueblo, en su mayoría de herencia Maya.

“Hay tanta belleza e inocencia”, señaló Wexler. “El consejo de mujeres representa un futuro prometedor.”