“¡OH ALTO Y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento”.
Esa oración de San Francisco de Asís ante el crucifijo de San Damián fue la plegaria del padre Marco Hernández, vicario de la parroquia de San Eduardo El Confesor, en Dana Point, para orar por sus feligreses, antes del Domingo de Ramos de este año.
Esta vez, el rezo del padre Marco se efectuó a través de un video en YouTube. ¿La razón? La pandemia del coronavirus que le ha costado la vida a miles de personas en Estados Unidos y en el mundo.
El sacerdote encomendó a la divina piedad y misericordia de Dios a todos sus hermanos de la comunidad parroquial, parientes, amigos y vecinos para que el Señor les proteja y bendiga en medio de la crisis de salud.
“Te ofrecemos nuestras oraciones por aquellas personas que están sufriendo por alguna crisis y los que sufren por enfermedad”, dijo el padre Marco. “Bendícenos y protégenos; te encomendamos a los médicos, enfermeras, bomberos y policías, personas en los supermercados que están en zona de riesgo, para que hagan su trabajo de manera digna y con seguridad”.
En la Pascua de Resurrección, en un mensaje a través de Facebook, el Obispo Auxiliar de la Diócesis de Orange, Timothy Freyer invitó a las familias a festejar a Cristo resucitado.
“Aunque no pudimos celebrar en las maneras que normalmente lo hacíamos, podemos hacerlo en una reunión familiar, reflexionando sobre el Evangelio”, dijo el Obispo Freyer. “Mi mensaje es que, con su resurrección, Cristo ya venció a la muerte, la victoria es de él y pasarán los días de las enfermedades si nos mantenemos unidos en la fe y en la esperanza; con la ayuda de Cristo resucitado un día viviremos de nuevo nuestras vidas normales”.
Así como los sacerdotes y pastores pidieron a Dios por su rebaño, católicos de la Diócesis de Orange también pusieron su fe en acción a través de las redes sociales de Facebook y Twitter y se fortalecieron en la solidaridad de la oración por el país y el mundo entero, antes, durante y después de la Cuaresma y la Semana Santa de este año.
“Sin duda, nos enfrentamos a una situación propicia para implorar a Dios, sin descanso”, dijo Alejandra Estrada, catequista de la parroquia Santa Bárbara, en la ciudad de Santa Ana. “Vivimos momentos para acercarnos a El de una manera especial; es momento donde mi fe no deben ser palabras sino hechos y nunca dejar de confiar en Dios”.
Estrada aconsejó que en los momentos de dificultad y de dolor, cada católico no debe dejar de orar.
“Esa es el arma más poderosa que tenemos”, afirmó. “Como verdaderos cristianos debemos responder de la manera que nuestra santa Madre Iglesia nos ha enseñado: poner a Dios primero, antes que todo lo demás, y esto es orar, ayunar, abrazarnos más de Cristo y confiar en Él”.
Rosario Espinoza, una feligresa de la iglesia Santiago de Compostela, en Lake Forest, dijo que ella y diversos líderes parroquiales colocaron palmas y ramos en las puertas de los vecinos para animarse mutuamente durante la celebración del Domingo de Ramos.
“En estos tiempos de tribulación, yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío» (Salmo 91:2). ¿Por qué este versículo? Porque reconozco a Dios como el único como mi refugio ante toda situación, porque al final, es en la oración donde lo encuentro; en su palabra me deleito y en ella encuentro fuerza y consuelo”, dijo.
“En la Palabra de Dios sé que su sabiduría es perfecta; yo podré tener todos los cuidados y precauciones, pero al final es El quien tiene la última palabra”, añadió. “Por ello, ante la tempestad él es la luz, de camino; él es mi amparo y refugio, mi fuerza y consuelo, es mi único Dios”.
El diacono Guillermo Torres, director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Orange, dijo en un mensaje a los feligreses: “Le pedimos a Dios su gracia, para poder sobrepasar esta pandemia (del coronavirus) y que todos juntos, con paciencia y caridad, unidos como un solo cuerpo de Cristo seamos un faro de luz para toda la Iglesia universal”.
Antes del Triduo Pascual, Torres dejó saber que los Obispos Kevin Vann, Timothy Freyer y Than Thai Nguyen, diáconos y líderes estaban al lado de los feligreses.
“¡Hermano y hermana en Cristo no estás solo!”, dijo. “Y aunque de manera virtual (tecnológica) estamos contigo y oramos para que esta realidad incompresible nos ayude a todos a penetrar en el misterio de nuestra redención y la resurrección con la verdadera luz de la Esperanza”