CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El papa Francisco le dijo a un grupo de seminaristas estudiando en Roma que no se conformen con una vida cómoda y libre de preocupaciones, con apego al dinero y un corazón ambicioso que anhela honores.
“Les digo esto como hermano, como padre, como amigo — por favor, huyan del ‘carrerismo’ eclesiástico: es una peste”, él dijo el 1 de abril durante una audiencia en el Vaticano con estudiantes, docentes, miembros del personal y exalumnos del Pontificio Colegio Español de San José en Roma. El colegio estaba celebrando el aniversario 125 de su fundación.
Todo depende de amar al Señor con todo el corazón, el alma, la mente y la fuerza de uno, él dijo citando el Evangelio según San Marcos (12:30).
Esto es lo que determina si una persona podrá decirle “sí” a Jesús o darle la espalda como hizo el joven rico en los Evangelios, él dijo.
“No se pueden contentar con tener una vida ordenada y cómoda, que les permita vivir sin preocupaciones, sin sentir la exigencia de cultivar un espíritu de pobreza radicado en el corazón de Cristo”, dijo el papa.
Los sacerdotes tienen que tener “una adecuada relación con el mundo y con los bienes terrenos” si han de obtener la libertad auténtica como hijos de Dios, él dijo.
“No se olviden de esto: el diablo siempre entra por el bolsillo, siempre”.
Den gracias por lo que uno tiene, él dijo, “renunciando generosa y voluntariamente a lo superfluo, para estar más cerca de los pobres y de los débiles”.
Aunque el papa Francisco dijo que no les estaba pidiendo “vender la camisa”, como el beato Manuel Domingo y Sol, fundador del colegio, le pedía a la gente estar dispuesta a hacerlo. El papa dijo que les estaba pidiendo ser testigos de Jesús a través de un estilo de vida basado en “la sencillez y la austeridad” de modo que fueran “promotores creíbles de una verdadera justicia social”.
La formación sacerdotal no puede depender únicamente de la formación académica, que engendra “todas las ideologías que apestan a la iglesia, de un signo o de otro, del academicismo clerical”.
Los estudios tienen que entrelazar la formación académica, espiritual, comunitaria y apostólica y cuando falta una de estas columnas, él dijo, “ya empieza a renquear la formación y termina paralítico el cura”.