Local

ES MOMENTO DE VOLTEAR LA VISTA A DIOS

DURANTE UNA CHARLA VIRTUAL POR FACEBOOK CON JÓVENES CATÓLICOS DE LA RCCH DE LA DIÓCESIS DE ORANGE, EL PREDICADOR MANUEL JAIMEZ AFIRMA QUE “REGRESAR A LA IDENTIDAD DE HIJOS DE DIOS, CUYO HIJO VINO A RESTAURAR NUESTRA VIDA”

By JORGE LUIS MACÍAS     9/16/2020

EL PROCESO CRECIMIENTO catequético y espiritual no se ha detenido aun en medio de la pandemia del coronavi-rus, gracias a la evangelización virtual dirigida por los jóvenes de la Renovación Carismática de Orange.

“La salvación no es por los méri-tos propios del ser humano”, afirmó el predicador Manuel Jaimez, feligrés de la Iglesia Nuestra Señora del Santo Rosario, en Sun Valley, California, durante su pre-sentación catequética, espiritual y virtual a través de Facebook“ La salvación está en Jesús”, afirmó el joven adulto, quien ha caminado en los senderos de Dios desde los 8 años. “El Señor ha sanado mi vida, me ha transfor-mado y me ha dado a mi familia”.

Jaimez, de 36 años, testificó que Dios le hizo una promesa: “Yo siempre voy a estar contigo y todo va a estar bien”.En base a esa promesa, cada día se esfuerza por seguir siendo un servidor fiel de su Creador con sus estudiantes con necesidades especiales, en una secund-aria.Dijo a los participantes de la ses-ión virtual que Jesús vino a traernos la redención.

“Tenemos que confiar que Dios ya nos dio la gracia, pero nosotros caminamos desconfiados; por eso nos encontramos con dificultades en el corazón”, dijo.

“Por la desconfianza pensamos que la salvación aun no nos ha alcanzado, más Jesús ha venido a morir por cada uno de nosotros para librarnos del pecado y probar que un ser humano puede ser fiel a Dios”.Jaimez indicó que ese tipo de reflex-iones pueden estar en la mente, pero el ser humano no lo acepta en el fondo del corazón.“Aun con el conocimiento de que lasalvación es gratuita, simplemente hay que aceptarla simplemente”, subrayó.

“La Palabra de Dios nos dice que Dios es amor y perfección y todo lo que Él hace es bueno para nuestras vidas”.

El predicador aludió a la carta de San Pablo a los Efesios, 1:7-8: “En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre no-sotros en toda sabiduría e inteligencia”.

Señaló que Cristo nos dio el perdón completo y absoluto según la riqueza de su gracia que desborda, y conforme a su gracia nos ha perdonado los pecados, “no solo los que le hemos entregado, sino que nos ha otorgado el perdón completo, según la riqueza de su gracia que nos desborda”.

A través de la formación virtual espir-itual, los jóvenes de la RCCH han podido ser testigos fieles que se han dejado amar por un Dios que transforma sus vidas y son testimonio vivo del amor de Cristo en sus familias y alrededor de la sociedad que les ha tocado vivir.

Jaimez contó la historia breve de San Francisco de Asís, quien caminó por el pueblo junto a otros frailes a quienes invitó a evangelizar y regresando al punto de partida, ellos increparon: “Dijiste que íbamos a ir a evangelizar”.

“Ya lo hicimos”, respondió el santo. “Prediquen el evangelio siempre, deser necesario,usen palabras”.

Durante la transmisión virtual a través de Facebook, Jaimez recordó que la teoría de la vida del cristiano es que debe ser reflejo de Dios: Tener familias a los pies de Cristo, transformadas por el amor que emana de Él y llega a los demás; familias que crecen en el amor a Dios y responden a su llamado., entregando el corazón, aceptando la salvación.No basta decir solamente

“Él me salvó; él murió por mí en la cruz; es necesario abrir el corazón y aceptar esa bendición”, dijo.

En cuanto a las razones por las cuales no se alcanza a recibir las bendiciones, afirmó que en la vida espiritual hay tres tipos de hombres: el primero, es aquel que verdaderamente cree que ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, “porque somos la máxima creación de Dios”.

El segundo es aquel hombre que ha sido sometido por el pecado que siempre le lleva a estar separado de Jesús, pero al volver a Él le restaura lo que ha sido que-brantado en la vida, se convierte y hace suya la Palabra del evangelista San Juan 3,16: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”.