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GRUPO AYUDA A CONMEMORAR NIÑOS PERDIDOS MEDIANTE ABORTO ESPONTÁNEO, PÉRDIDA FETAL

By Katie Scott, Catholic News Service     12/18/2015

ARLINGTON, Virginia (CNS) — Cuando Kara Palladino perdió un hijo abortado espontáneamente ella sabía que quería sepultarlo de una manera que honrara su credo católico.

Pero después de llamar una larga lista de funerarias y cementerios, ella no pudo encontrar ninguno que tuviera un plan para sepultar y conmemorar bebés perdidos antes de nacer. En muchos casos el costo era prohibitivo, uno de los cementerio cobrando $5,000 por la sepultura.

La experiencia motivó a Palladino, feligresa de la iglesia Holy Trinity en Gainesville, a hacer el proceso más fácil para otros padres en duelo. “Yo no quería que las personas tengan que sufrir innecesariamente, que escuchar ‘no’, ‘no’, ‘no’ cuando están en tal estado”, ella dijo. Así que la madre de siete, incluyendo uno fallecido, se dedicó a crear “a.m.o.m.s. peace”, que significa “un ministerio para madres de almas abortadas espontáneamente y perdidas en la etapa fetal”.

El ministerio lleva a las familias por el proceso de sepultura y ofrece programas para conmemorar las jóvenes vidas. Este se adhiere a la doctrina católica, pero personas de todos los credos son bienvenidas, dijo Palladino. Sirviéndole a familias de Virginia central y norte, el ministerio cobra un pago mínimo para cubrir los costos, que son compensados por donativos.

Asociado con cementerios locales, “a m.o.m.s. peace” ayuda a conseguir una ubicación asequible para sepultar niños y ayuda a obtener la lápida y el ataúd. El ministerio también le sirve a padres que no tienen los restos del bebé. Bien sea que una mujer pierda un bebé a finales del término o aborte espontáneamente con tan solo semanas de embarazo, “estamos aquí para abrazarla”, dijo Palladino al Arlington Catholic Herald, periódico del la Diócesis de Arlington.

Mary McCarthy Hines, quien parió en septiembre una hija muerta, se comunicó con “a.m.o.m.s. peace” solicitando ayuda para ordenar y supervisar la instalación de la lápida. “Cuando uno está de luto cualquier ayuda que uno pueda recibir para manejar esos detalles logísticos le quita la carga al esfuerzo”, dijo Hines, miembro de la iglesia St. Raymond of Penafort en Springfield.

Usando la comunidad Holy Trinity, el ministerio también ofrece cuido de niños y apoyo con comidas.

“Cuando uno tiene un bebé o hay una muerte la gente le trae a uno comidas, tarjetas y otras cosas buenas”, dijo Palladino. Pero cuando ambos suceden el mismo día la gente no sabe qué hacer, ella dijo.

Junto con la ayuda práctica, “a m.o.m.s. peace” también “se trata de la recordación”, dijo Palladino, y de proveerle a los bebés el “respeto y el amor y la dignidad que merecen”.

El ministerio ofrece un certificado de “reconocimiento de vida” y un “libro de la vida” electrónico y material. Los padres pueden incluir en la Internet el nombre de su hijo fallecido, donde serán recordados y por los cuales se orará, o en el “libro de la vida” en la iglesia Holy Trinity. Cuando el libro se llena es enviado a un monasterio o convento donde continuamente se ora por las familias.

“Aún antes de recurrir a ellos para ayuda comprando la lápida, yo había llenado el formulario para que mi hija fuera recordada”, dijo Hines, especialista en relaciones mediáticas en la Universidad Católica de América en Washington. “Me emocionó especialmente que mi hija fuera recordada no solamente a corto plazo, sino que también se orara por ella perpetuamente”.

Para familias que tengan otros niños que podrían estar en duelo por la pérdida de su hermano menor, Catherine Cobos, compañera feligresa de Holy Trinity, comenzó un ministerio conjunto llamado “a kid’s peace”.

Usando juegos, artesanía, tiempo de discusión y actividades ceremoniales, “a kid’s peace” ayuda a los niños de edades entre dos años y la adolescencia a atender su tristeza. La sede de Internet del ministerio es amomspeace.com.

“El Señor continúa dándome la gracia que necesito”, dijo Palladino. “No quiero que mis hermanas en Cristo hagan esto solas; quiero darles tanta paz como pueda”.

Scott es reportero del Arlington Catholic Herald, periódico de la Diócesis de Arlington.