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HECHOS SUCEDIDOS EN FÁTIMA HACEN QUE EL VATICANO DIRIJA A LA GREY LEJOS DE SUGERENCIAS CONSPIRATORIAS

By Cindy Wooden, Catholic News Service     6/6/2016

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) –- Cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger se reunió con miembros de la prensa en el año 2000 para dar a conocer formalmente lo que se había denominado como Tercer Secreto de Fátima, dijo que sabía de antemano que mucha gente no quedaría satisfecha.

Casi 16 años después, al principio de una preparación que se ha llevado un año, por el centuagésimo aniversario de la aparición de Nuestra Señora de Fátima, a cumplirse en el 2017, el ahora ya jubilado papa Benedicto XVI todavía tiene que vérselas con personas que no están convencidas de que el secreto (completo) ya se haya dado a conocer.

En un periódico electrónico que se llama “OnePeterFive” se publicó un artículo, el 15 de mayo, en el que se aseguraba que poco después de que el cardenal Ratzinger había dado a conocer el secreto y sus comentarios, afirmando que tal era el texto completo, le había dicho a un sacerdote alemán que, de hecho, no estaba completo.

“Hay más (información) de la que hemos publicado”, se proponía en el artículo como si el cardenal le hubiera dicho eso al padre Ingo Dollinger. Y en el artículo se iba más allá, diciendo: “El cardenal también le dijo a Dollinger que la parte del secreto que se había publicado era auténtica y que en la parte no publicada se hablaba acerca de ‘un mal concilio y una mala Misa que vendrían en un tiempo futuro.”

En una declaración del 21 de mayo hecha por la oficina de prensa del Vaticano se decía que el papa Benedicto “declara  que ‘nunca había hablado con el profesor Dollinger sobre el tema de Fátima’, afirmando claramente que los comentarios atribuidos al profesor Dollinger sobre este asunto ‘eran pura invención y absolutamente falsos’, y confirma decididamente que ‘la publicación del Tercer Secreto de Fátima está completa'”.

Junto con la publicación hecha por el Vaticano del “Mensaje de Fátima” en el año 2000, se incluía una fotocopia de un texto escrito a mano en 1944 por la hermana carmelita Lucia dos Santos, la última persona que sobrevivió  cuando de niños, ella y sus dos primos habían visto a la Virgen María en Fátima, en el año 1917.

Naturalmente muchas especulaciones giran alrededor de secretos; y cuando un secreto se sostiene como tal durante décadas, las conjeturas ganan tanto terreno como seguidores.

El mensaje común de las apariciones marianas a través de los siglos ha sido el de: rezo y conversión. ¿Pero se puede pensar en un mensaje que solamente haya sido leído por algunos papas y sus más allegados? Habrá algo más allí que justifique que se guarde el secreto, pensó mucha gente.

Cuando el cardenal Ratzinger presentó el texto en la oficina de prensa del Vaticano el 26 de junio de 2000, les dijo a los periodistas que la decisión de San Juan XXIII y la del beato Pablo VI de reservarse la publicación; y la decisión de San Juan Pablo II de dilatarla “no había sido una decisión de carácter dogmático sino de simple prudencia”.

Pero, dijo, “en mirada retrospectiva, diría yo ciertamente que hemos pagado el precio” por la dilación, la cual contribuyó a que se esparcieran las teorías apocalípticas sobre su posible contenido.

Ese día, en rueda de prensa, las primeras palabras que emitió fueron: “La persona que leyera el texto del llamado tercer secreto de Fátima probablemente quedaría insatisfecho o sorprendido después de todas las conjeturas que se han venido haciendo al respecto”.

En el texto, dijo, se utiliza “un tipo de lengua simbólica” para dar una descripción “de la iglesia de mártires del siglo ya pasado”; especialmente las víctimas de las dos guerras mundiales, el nazismo y el comunismo.

Pero lo más difícil de creer para muchos fue lo que no contenía, después de que el secreto pasó más de 40 años en la cámara del Vaticano. “No se ha revelado ningún gran misterio”, dijo el cardenal Ratzinger. “El velo del futuro no se ha rasgado “.

En el año 1996, en una entrevista con la estación católica de radio más importante de Portugal, el cardenal, que ya había leído el secreto, trató de explicarlo todo de forma razonable, basándose en la tradición, señalando lo que estaba y lo que no estaba contenido en el mensaje. “La Virgen no se dedica a sensacionalismos; no hace que se produzca miedo”, dijo. “No presenta visiones apocalípticas sino que guía a los pueblos hacia su Hijo”.

El cardenal Ratzinger se convirtió en pontífice con el nombre de Benedicto XVI, cinco años posteriores a la publicación del texto. Si hubiera habido algo más que comunicar sobre el secreto, tuvo ocho años a su disposición de completa libertad, como pontífice supremo, para compartir lo que supuestamente se hubiese ocultado del mensaje.

El padre marianista Johann Roten, discípulo del entonces padre Joseph Ratzinger, quien por años dirigió el Instituto de Investigaciones Marianas de la Universidad de Dayton, dijo que “no había duda de que hubiese verdad ” en lo que los devotos de Fátima consideran como “el deterioro moral en la iglesia”.

“La dificultad está en el método ” con el que muchos escogen convencer a otros de la necesidad de conversión y oración, dijo el padre Roten en una respuesta que dio a los preguntas por correo electrónico.

“El método tiende a ser mágico ritualista, con fundamento en la convicción de que por un acto particular”, como la consagración de Rusia llevada a cabo de manera especial”, se resolverían todos los problemas”, dijo.

“Por medio de las apariciones siempre se hace hincapié en el mensaje de Cristo”, dijo el padre Roten. La Virgen María nos pide “oración, conversión y manifestaciones prácticas de la fe de uno”.

“Las advertencias son parte del mensaje, aunque no siempre; pero especialmente en tiempos de inminente catástrofe social”, incluyendo a Fátima, antes de la Revolución Rusa, dijo. “Desafortunadamente, estos mensajes generales son con frecuencia pasados por alto; y en su lugar se le quiere dar mayor atención al sensacionalismo, como, por ejemplo, un rosario que se vuelve oro o se tiende a la teoría apocalíptica de amenazas de destrucción global que nunca representan la parte esencial ni las razones de tales eventos”.

En platica con los periodistas que viajaban a Fátima con él, en el año 2010, el papa Benedicto repitió lo que había dicho anteriormente hacía 10 años: El texto era susceptible a interpretación, pero el contenido central del mensaje de Fátima era un llamado “a la conversión continua, la penitencia, la oración y las tres virtudes teologales de fe, esperanza y caridad”.

Sí, dijo, la iglesia siempre está bajo ataque; “ataques de dentro y fuera, pero las fuerzas del bien siempre están presentes y, al final, el Señor es más poderoso que el demonio y Nuestra Señora se nos hace visible, garantía maternal de lo bondadoso que es Dios, quien es siempre la última palabra en la historia”.