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HERMANAS DEL MINISTERIO MAGNIFICAT CELEBRARON SU 14ª CONFERENCIA INTERNACIONAL DE LÍDERES EN OC

La Hna. Regina Marie Gorman, O.C.D., Vicaria General de las Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Los Ángeles, reflexionó sobre el “Poder Curativo de la Eucaristía”

By JORGE LUIS MACÍAS     11/28/2017

Cerca de 400 mujeres que comparten la misión y el compromiso de Magnificar al Señor se congregaron para un servicio de sanación eucarístico consistente en Adoración, Reconciliación y Sacramento de la Unción de los Enfermos durante la Conferencia Internacional del Magníficat 2017, un Ministerio para Mujeres Católicas, del 5 al 8 de octubre.

El poder del Espíritu Santo estuvo plenamente vivo durante la conferencia de cuatro días y todas las gracias del cielo cayeron sobre estas mujeres Católicas.

“El mundo necesita mujeres santas”, dijo la Coordinadora Magníficat CST, Kathy McInnis. “Hay oscuridad en el mundo y las mujeres necesitan ayudar a la humanidad con el anuncio del espíritu del Evangelio”.

En la Misión San Juan Capistrano, después de celebrar el tema de la conferencia: el 5º Misterio Luminoso del Rosario – “Institución de la Eucaristía” el nuevo asesor espiritual del CST, Monseñor David L Toups, dio una homilía enfocada en la humildad, la sinceridad, la generosidad y la sencillez de nuestra Santísima Madre. Debido a su Fiat, el mundo entero tiene la salvación a su alcance.

Ahí mismo, el reverendísimo Obispo Kevin. Vann ungió y bendijo a Donna Ross como nueva coordinadora de CST, a monseñor David Toups y al resto del equipo. Ellos, al igual que María, dieron su “Sí” para servir al Señor.

“Debemos estar siempre preparados para responder a la llamada que Nuestro Señor pone en nuestros corazones”, dijo Peggy Rowe-Linn, de West Palm Beach, Florida. “Es un imperativo del Magníficat que cada miembro ore por todos los sacerdotes y seminaristas, los que están presentes y los que no están presentes, los que han sido una alegría en nuestras vidas y los que no nos han traído alegría”.

Ella dijo que uno de los objetivos principales del Magníficat es imitar a María a través de la adopción espiritual de sacerdotes y seminaristas. Rezan un rosario diario por los sacerdotes y seminaristas en todo el mundo porque saben que cuando están In Persona Christi, consagran el pan de la vida: Cristo mismo, tal como se encuentra en la Eucaristía. Sin ellos, no podríamos recibir a Cristo corporalmente.

 

el “poder curativo
de la eucaristía”

En la conclusión del evento, la Hna. Regina Marie Gorman, O.C.D., Vicaria General de las Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Los Ángeles, dictó una charla sobre el “Poder Curativo de la Eucaristía”, reflexionando sobre los milagros de su propia vida y orando por los sacerdotes presentes.

Con una sonrisa en la mirada, Sor Regina dijo que la primera vez que visitó a las Hermanas Carmelitas en su Casa de Retiros del Sagrado Corazón en la Alhambra para asistir a un retiro juvenil fue porque pensó que iba a una fiesta de pijamas.

Sobre su testimonio de la vida consagrada y con una honestidad refrescante al interpretar la parte más difícil de su vida, su participación en la muerte de su madre y su padre, y su posterior impacto devastador sobre la familia.

“Le compartí a mi papá que me iba al convento”, recordó. “No quedó contento; cada rato iba a visitarme y me decía regrésate a la casa”.

Cuando su padre se enfermó, ella hablaba con Dios y le decía ¿Qué voy a hacer si mi papá me necesita ahora? Su respuesta era ¿Por qué te preocupas? Y en esa desesperación le decía a Dios “Tú me confundes. Yo no necesito que tú me digas qué hacer, lo que yo no quiero es que mi papá esté solo. No quiero estar en el convento…pero yo hice votos y me consagré a Ti”.

Después recibió una llamada telefónica del hospital. Su padre tuvo un ataque masivo al corazón. Ella preguntó: ¿Todavía vive?

El corazón de su padre había explotado. Estaba muy delicado. Y Ahí estaba su hermano, quien 17 años antes había tenido una fuerte discusión con su padre y no se hablaban.

Los médicos decían que el padre de Sr. Regina no viviría más de 15 minutos. Sobrevivió 15 días más y se reconcilió con su hijo.

Cierto, día, la hermana religiosa preguntó si podía hacer oración por él. Lo abrazó y dijo al momento de ponerlo en la cama: “Mi papá murió”.

Sr. Regina narró que la transición de una hermosa Carmelita de los 16 a los 20 años fue difícil porque se sentía como “congelada”, como si fuera una “robot”

Concluyó al decir que, años después de la muerte de sus padres, ella pudo comprender que cualquier rompimiento, dolor o tragedia “es una preparación para la Eucaristía”.

“Yo quería ser pura, perfecta, vivir en santidad, pero no sabía del dolor porque no lo entendía…”, dijo. “Tenía que abrir una herida de Cristo, porque la sangre que emana por sus heridas es lo que me daba vi