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JOVEN HISPANO PIDE INTERCESIÓN A SANTA TERESA DE CALCUTA Y RECIBE LLAMADO AL SACERDOCIO

LA NUEVA SANTA DE LA IGLESIA CATÓLICA INSPIRA A LOS JÓVENES A “DESPOJARNOS DE LAS ARRUGAS DEL CORAZÓN”

By JORGE LUIS MACÍAS     10/25/2016

Una visita en Adoración al Santísimo Sacramento durante un campamento de verano y una súplica a la intercesión de la Madre Teresa de Calcuta ante Dios, fueron los momentos claves para que Josué Vargas pudiera discernir su llamado al sacerdocio y al servicio a su prójimo.

“Sólo sé que ha sido un llamado”, dijo el joven de 18 años de edad, quien vive en la ciudad de Compton. “Ha sido un llamado para mí hacia la santidad.”

Portando un enorme cartel con imágenes de decenas de santos, en el rostro de Josué era evidente su inmensa alegría. Se encontraba en la catedral Nuestra Señora de Los Ángeles, junto a su hermano Cesáreo y su madre Martha, para ser parte de la misa especial de la canonización de Madre Teresa de Calcuta. Ella estaba colocada en el centro.

“Quisiera ser un sacerdote Franciscano; lo he escuchado en mi corazón”, dijo. “Me gusta observar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad, tal como ellos.”

Pero Josué no fue el único joven conmovido en su espíritu y corazón. La canonización de la Madre Teresa inspiró también al joven Salvadoreño, Ronald Solórzano “a ser una mejor persona y a buscar el rostro de la misericordia entre los más necesitados, porque la misericordia tiene un rostro y su rostro es Jesús.”

Admirador de la sencillez, la ternura y el amor con que la nueva Santa de Calcuta acogía a muchos pobres, enfermos y leprosos a quienes les faltaba poco tiempo para morir, Solórzano expresó que “ella, verdaderamente nos enseñaba con su ejemplo las obras de Misericordia: Dar posada al peregrino, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, socorrer a los presos y enterrar a los muertos.”

Agregó que, como salvadoreño, “en mi país quisiéramos tener muchas santas como la Santa Teresa de Calcuta y la recordamos con su rostro arrugado de tanto darse y entregarse a los demás; ojalá yo pueda quitarme las arrugas que tengo en mi corazón y hacer lo que me corresponde para ayudar a mi prójimo. Como lo decía ella ‘No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor’.”


gracias por nuestra madre santa”

El domingo 4 de septiembre, la Iglesia Católica en el mundo estuvo de fiesta por haber agregado el nombre de Teresa de Calcuta al libro de los santos.

“Damos gracias a Dios por nuestra Santa Madre”, dijo la Hermana Mariosa, superiora de las Hermanas de la Caridad, que tienen su casa en Lynwood, California. “Su canonización es el resultado del amor de Dios. Creemos que ha sido por su amor; él nos conoce a todos y sin él no podemos hacer nada.”

A la congregación de Hermanas de la Caridad, se sumaron miles de católicos en la misa especial celebrada por el Arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, en la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles.

“Yo he comenzado hace poco tiempo a acercarme a las enseñanzas de la Iglesia”, dijo Rogelio Mercado, un inmigrante de Cuquío, Jalisco, acompañado por su esposa Ana Maldonado y sus hijas Montserrat y Nebay. “He aprendido que ella estuvo ocupada siempre por la vida de las cosas de Dios, los enfermos y los leprosos de la India.”

Presente en la ceremonia estuvo la familia Hindú-Estadounidense conformada por Vitay Bheemisetty, su esposa Nirmala, su padre Philip y sus hijos Benita y Anvith, quienes radican en la ciudad de Camarillo, 53 millas al noroeste de Los Ángeles.

“Nos sentimos bendecidos porque somos devotos de ella”, dijo Vitay. “Gracias a ella aprendimos a comenzar el rezo del Santo Rosario en familia, nos han enseñado con su historia que Dios es para toda la humanidad. Su vida es un gran testimonio para todos.”

En el Vaticano, el obispo de Roma recordó cómo Santa Teresa de Calcuta dispuso su vida a disposición de todos por medio de la acogida humilde y la defensa de la vida humana.

“Él [Papa Francisco] en su vida misma vida y su llamado al Jubileo de la Misericordia y la de Madre Teresa, nos hacen ver que siempre se preocupan de los más pobres, de los inmigrantes, de los no nacidos y de todos aquellos que sufren en el mundo”, dijo el Arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez.

Al mismo tiempo, el prelado alabó que la Madre Teresa nos haya enseñado “a ver el mundo a través de los ojos misericordiosos de Jesucristo” e hizo un llamado a la esperanza de un cambio para el mundo materialista.

“Como sociedad, cada vez nos damos cuenta de que vivimos en una escalada de violencia, de la cultura de la muerte”, dijo. “Tenemos que reaccionar como sociedad a todo ello, porque, en verdad, lo que nos hace felices es cuando nos preocupamos por los otros, en vez de pensar en nosotros mismos. El Papa dice que debemos salir del sofá para hacer más felices las vidas de los demás.”