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LA FE Y LA GENERACIÓN DE LOS “BABY BOOMERS”

DIOS LLAMA A LOS CATÓLICOS JUBILADOS A RENOVAR SU ESPIRITUALIDAD Y SERVICIO

By CATHI DOUGLAS     5/5/2016

Las personas que nacieron entre 1946 y 1964 se les conoce como “la generación Baby Boomers”, debido al aumento significativo en el número de nacimientos que se reportaron durante esos años. Los “Baby Boomers” son conocidos por su contribución a significativos cambios sociales, como los grandes cambios políticos y sociales forjados durante la década de 1960 y su gran interés en causas que van desde el ecologismo a la lucha por los derechos de las minorías y las mujeres.

En un estudio del 2014 por el Centro de Investigación Pew, el 59 por ciento de los Baby Boomers católicos indicaron que la religión es muy importante en sus vidas; y el 62 por ciento indicaron que rezan diariamente. Teniendo en cuenta que son una generación reconocida por su ideología independiente y actitudes inconformistas, esas estadísticas podrían parecer sorprendentes.

Sin embargo, en momentos en que esta distintiva generación se aproxima a la jubilación en números récord, uno se pregunta: Cómo utilizarán los Baby Boomeres católicos su tiempo, talentos y tesoros para servir a la iglesia —y cómo encontrarán la plenitud espiritual en esta etapa nueva y final, y muy diferente, de sus vidas. Posiblemente, ellos se preguntan lo mismo.

Sabemos que todos los católicos están llamados a servir a Jesús, pero también reconocemos que los jóvenes adultos que trabajan y buscan solidificar sus carreras profesionales, a la vez que se preocupan de la crianza de sus hijos, les resulta casi imposible encontrar el tiempo, la energía y el espacio para dedicarse a la fe, la oración y el servicio. Es posible que las personas recién jubiladas y acostumbradas al ajetreo cotidiano, ahora encuentren más tiempo libre —pero sin ninguna ruta clara que los conduzca a un mayor compromiso con su fe.

El diácono Steve Greco, fundador del Ministerio “Spririt Filled Hearts”, con sede en Irvine, piensa que la jubilación es el momento perfecto para los católicos de edad media para utilizar sus dones únicos y servir a la iglesia. “Debemos entender que todo lo que Dios nos ha dado, debemos utilizarlo para la edificación del cuerpo de Cristo”, señala Greco. “Nuestros ministerios pueden reflejar nuestros dones. Si en su momento trabajamos en recursos humanos, podemos enseñar a las personas desempleadas habilidades para crear una red de contactos y cómo actuar en una entrevista de trabajo. Los trabajadores sociales pueden trabajar con los pobres. Los médicos pueden ser voluntarios y ofrecer sus habilidades de curación. Sean cuales seas sus dones, Dios se los entregó a usted —y ahora puede utilizarlos para los propósitos de Dios”.

El aumento en las expectativas de vida significa que todos viviremos vidas más largas y más saludables. “Es el deseo de Dios que no solo vivamos para disfrutar, tomar vacaciones y relajarnos”, señala Greco, “pero que utilicemos nuestro tiempo para amar a Dios, servirle y conocerlo, además de servir a su pueblo”.

Cuando de pronto nos encontramos con un tiempo de ocio sin estructura, los Baby Boomers católicos pueden sucumbir a la inactividad y el aburrimiento, hasta que se dan cuenta de que pueden utilizar ese tiempo preciado para encontrarse en silencio ante el Señor, leer las Escrituras, aprender a orar y participar de la misa diaria.

Pueden incluso tener la oportunidad de obtener una mayor formación en el catecismo, unirse a grupos de estudio de la Biblia y asistir a cursos de espiritualidad en su tiempo libre para mejorar su relación con Cristo.

“Las personas jubiladas tienen más tiempo para la adoración, ya sea como individuos o como parte de la comunidad”, explica Greco. “Pueden empezar a entender la naturaleza crítica del cuerpo y la sangre de Cristo y su poder para sanarlos y darles fuerzas”.

Las perspectivas de la generación de los Baby Boomers siempre han sido excepcionales, así que tiene sentido que los Baby Boomers católicos, recién jubilados, ahora encuentren un enfoque único a sus años dorados. “No saben cuántos años les quedan con la salud suficiente para participar en la vida de la iglesia”, dice, “y saben que este es el momento en sus vidas en las que pueden ofrecer sus dones para servir de una manera más profunda”.

Mientras que la jubilación es un tiempo para dar, servir y manifestar gratitud”, dice Greco, “tal vez lo más importante es que es un tiempo para acercarse más a Jesús, para comprender cuánto los ama el Señor”.