JERUSALÉN (CNS) — Los franciscanos que sirven en Tierra Santa han influenciado a los peregrinos cristianos, dijo el padre franciscano ministro general de la orden.
“El cuidado de los franciscanos por los peregrinos, su atención a detalles, sus esfuerzos de demostrar el amor de Dios, la misericordia de Dios, a través de distintos servicios religiosos y … cómo acogen a personas en casas de hospitalidad, estos se convierten en elementos que la propia gente, cristianos y demás, se llevan consigo a (sus) países”, dijo padre Perry.
Padre Perry habló con Catholic News Service en Jerusalén durante eventos oficiales celebrando los 800 años de la presencia de los franciscanos en Tierra Santa. La celebración incluyó tres días de oración, reflexiones, música y reuniones donde se discutió la historia y la arqueología de los franciscanos en Tierra Santa. El cardenal Leonardo Sandri, director de la Congregación para las Iglesias Orientales, del Vaticano, estuvo entre los asistentes.
El servicio de los franciscanos “debería ser un llamado a ir más allá de la división, un llamado a reconocerse unos a otros como hermanos y hermanas pertenecientes a una misma familia, bien sea que uno la llame familia de Dios o la única familia humana”, dijo padre Perry a CNS después de la ceremonia de apertura de las celebraciones el 16 de octubre. “Creo que el servicio de ellos es absolutamente esencial,” por eso en el siglo 14 el Santo Padre entonces le pidió a los franciscanos que dedicaran su energía y trabajo a cuidar los lugares sagrados, dijo.
Padre Perry dijo que durante su servicio misionero ha encontrado a peregrinos de muchos países que hablan de la gratitud que sentían por la manera en que los franciscanos los acogieron y guiaron, ofreciéndoles oportunidades de conocer a Jesús, de conocer al Dios vivo, ofreciendo testimonio de su fe cristiana.
Él dijo que fue testigo de uno de los ejemplos más fuertes de la dedicación franciscana, tanto a los cristianos locales como a los lugares sagrados en Siria, país que visitó en abril. Allí dos frailes franciscanos permanecían con 300 familias cristianas en dos pueblos bajo el dominio del grupo Estado Islámico para poder “garantizar la presencia de Cristo … y la presencia de la Eucaristía y la presencia de la iglesia” para las familias, él dijo.
Él añadió que aunque estos frailes no pudieron cruzar hacia Alepo para verle, él vio cómo otros franciscanos allí estaban activos organizando a los laicos para que se ayudaran a sí mismos.
“Los franciscanos verdaderamente sirven como una piedra angular para coordinar e implementar y hacer que los fondos lleguen … y también empoderando a los laicos para ser socios en el cuidado de su propia gente en Siria, de modo que los laicos en Siria, particularmente los jóvenes, estén involucrados en este difícil servicio a su propia gente, no solo a los cristianos, sino también a los musulmanes. Esto fue un sorprendente testimonio para mí”, él dijo.