Local

‘PORQUE TUVE HAMBRE Y ME DISTE DE COMER…’

CADA JUEVES, VOLUNTARIOS DISTRIBUYEN COMIDA Y AMOR A DESAMPARADOS Y FAMILIAS DEL CONDADO DE ORANGE

By JORGE LUIS MACÍAS     6/2/2016

Las personas esperan pacientemente. Están cómodamente sentadas en sillas, mientras llega su turno para recibir pan, leche, frutas, legumbres y diversos comestibles.

Son hombres y mujeres que forman parte de las penosas estadísticas de 13,800 desamparados y 277,000 personas – incluyendo 28,000 niños – que viven en la pobreza en el Condado de Orange.

Como cada jueves, decenas de “homeless” de descendencia europea, asiática y latinoamericana acuden a las instalaciones del Servicio Cristiano de la Catedral de Cristo para recibir bolsas repletas de alimentos.

“Es una buena obra de caridad”, valoró Ana María Díaz, residente de Santa Ana. “Nosotros tenemos serias dificultades económicas porque mi esposo Heriberto perdió el trabajo”.

A través del Servicio Cristiano en la Oficina de Alcance Comunitario de la parroquia Catedral de Cristo, la Iglesia acompaña centenares de familias en el difícil camino de la pobreza. Unidos en la fe, se acompaña a quienes se acercan para recibir la ayuda.

El programa tuvo sus inicios en la Iglesia de San Calixto, gracias al Padre Tuyen Nguyen, actual Vicerrector de la parroquia Catedral de Cristo.

“Él [Padre Nguyen] vio la necesidad de ayudar a los menos afortunados”, expresó Mary Lou Walters, presidenta del Servicio Cristiano en la Oficina de Alcance Comunitario. “Él vio la necesidad de tener un programa para proveer alimentos a los más necesitados”.

Agregó que gracias a donativos individuales y despensas de alimentos por parte de numerosas tiendas de comestibles, e incluyendo el respaldo de varias organizaciones sin fines de lucro y bancos de comida como Second Harvest Food Bank y Food Finder, los que llegan a la Catedral de Cristo tienen la oportunidad de recibir ayuda.

Cada semana se atiende a un promedio de 160 personas en dos turnos. El primer turno es de 10:30 a.m. a 12:30 p.m. Y el segundo es de 4:30 a 6:30 p.m.

Tan solo en el mes de abril, recibieron a 1,046 de “sus amigos” desamparados, poniendo en acción la Palabra de Dios: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer” (Mateo 25:35).

“Nosotros nos alegramos al ver una sonrisa en sus rostros”, dijo Mary Lou Walters. “Pero la verdad es que nuestros voluntarios y yo recibimos más amor del que les damos a ellos”.

el hambre acecha a 28,000 niños

Un reporte de Second Harvest Food Bank y Feeding America muestra que en 2014, en el Condado de Orange, más de 277,000 personas necesitaron ayuda del banco de comida para alimentarse a sí mismos y a sus familias.

“Muchos en nuestra comunidad, a menudo tienen que elegir entre pagar por la comida o pagar por otras necesidades esenciales”, indica el reporte. “Este estudio presenta una visión reveladora de las personas atendidas por Second Harvest – sus circunstancias, los retos que enfrentan y las opciones que están obligados a cumplir con ingresos familiares extremadamente limitados”.

En el 80% de los hogares de las 277,000 personas hay inseguridad alimenticia y 45%, es decir, más de 125,000 familias tienen ingresos anuales menores a $10,000.

Además, un 36% o 97,720 familias obtienen apenas entre $10,000 y $20,000 al año. De ese total, al menos 28,000 son niños.

“Yo no tengo chamba [trabajo]”, dijo Edwin Beltrán, de 30 años de edad, soltero y nacido en la ciudad de Orange. “Apenas trabajé tres meses el año pasado y me descansaron; hacia limpieza y descarga de camiones”.

Beltrán indicó que, para sobrevivir, recibe estampillas de comida.

Mary Lynn Vargas, copresidenta de la Oficina de Alcance Comunitario de la Diócesis dijo que, desde 1997 ella ha sido voluntaria en la distribución de alimentos para los pobres y menos afortunados del Condado de Orange.

“Lo que muchos de ellos a veces solo necesitan es que les den un abrazo, hospitalidad, una sonrisa y hacerlos sentir como seres humanos”, dijo. “Muchos los ignoran, pero aquí nosotros les mostramos que hay alguien a quienes les importan y se preocupan por ellos”.

Una de estas personas es Cindy Phu, quien se unió al equipo de 30 voluntarios en el Servicio Cristiano de la Catedral de Cristo, en 2009.

“En lugar de solamente orar, ponemos nuestra fe y la Palabra de Dios en acción”, expuso Phu. “Caminamos el camino junto a nuestros hermanos y hermanas en necesidad”.