NUEVA YORK (CNS) — Puede que te guste la película “Coco”, pero esto depende en gran medida de lo preparado que estés para interpretar esta presentación de fantasía de la vida después de la muerte, que, aunque visualmente rica y animada, debe poco al cristianismo y mucho a las creencias precolombinas asociadas con el día de los muertos en México.
La película lleva a la audiencia en un viaje al otro mundo en compañía de Miguel (voz de Anthony González), un entrañable preadolescente de México. Miguel anda buscando seguir los pasos del hijo más famoso de su ciudad, Ernesto de la Cruz (voz de Benjamin Bratt), quien se convirtió en un músico de renombre mundial.
Pero ha encontrado obstáculos en el camino a sus aspiraciones por el hecho de que su familia tiene una aversión a todo lo musical. Esta aversión surgió cuando uno de los antepasados de Miguel abandonó a su esposa e hijo en favor de una carrera cantando y tocando la guitarra, lo cual tuvo consecuencias emocionales. La hija abandonada ahora es Mamá Coco (voz de Ana Ofelia Murguía), la bisabuela muy querida de Miguel.
Miguel está desesperado por participar por primera vez en un concurso de talentos que se realiza durante la noche en el día de muertos, pero no tiene guitarra. Se mete en el mausoleo del cantante famoso, donde encuentra su guitarra. Las pistas han convencido a Miguel de que el cantante era, de hecho, el padre de Coco, por lo que se siente justificado de prestar la guitarra.
Cuando entra a la tumba, Miguel es misteriosamente transportado a la Tierra de los Muertos. Allí encuentra un guía, el esqueleto Héctor Rivera (voz de Gael García Bernal), un timador, pero un personaje de buen corazón.
Miguel y Héctor hacen un trato: si Héctor ayuda al niño a encontrar a Cruz, el cantante, (Miguel necesita la bendición de un pariente para regresar al mundo normal), Miguel colocará la fotografía de Héctor en el altar de su casa donde se honran a los difuntos. Eso le permitirá a Héctor visitar la tierra de los vivos cada año. También le permitirá posponer la “segunda muerte”, la desintegración final que le espera a cada persona una vez que no quede nadie vivo que le recuerde.
La clasificación de Catholic News Service es A-II — para adultos y adolescentes. Clasificación de Motion Picture Association of America, PG — supervisión de padres es sugerida. Algún material puede no ser adecuado para niños.