Los obispos de las Diócesis Católicas Romanas de Los Ángeles, José H. Gómez; de Orange, Kevin W. Vann y Gerald Barnes, de San Bernardino concordaron en que durante la Semana Santa 2018 es el momento en que cada estadounidense debería defender los valores de imparcialidad, el debido proceso y ofrecer un acto de misericordia por los inmigrantes.
“No queremos ser un país que separa a las familias, deporta a los jóvenes estadounidenses y envía a los refugiados de vuelta a tierras peligrosas e inestables”, dijo el obispo Kevin Vann de Orange. “Somos un país que da la bienvenida a ‘al extranjero’, y que extiende el amor hacia el migrante”.
En conjunto, Gómez, Vann y Barnes representan a poco más de 7 millones de católicos, y casi el 50% de ellos son católicos de origen latino.
Por ello, los tres prelados, a la vez que pidieron a sus feligreses que se mantengan unidos en oración y reflexión en la Semana Mayor, también criticaron al Congreso por su inacción en favor de los más necesitados de protección.
“El Congreso ha eludido su responsabilidad de arreglar o ha aplastado por completo las esperanzas de millones de residentes legales que pagan impuestos al poner fin al TPS para más de 320,000 personas que huyeron de desastres naturales y violencia política y encontraron refugio como residentes modelo en Estados Unidos”, dijo el Obispo Vann. “De manera similar, el Congreso ha desvanecido las esperanzas de más de 800,000 jóvenes Dreamers al no hacer nada para salvar el programa DACA”.
Se esperaba que antes del 23 de marzo, el Congreso votara el llamado proyecto de ley “Ómnibus”, en el que los legisladores agregarían su apoyo a los programas de visa que benefician principalmente a los ricos, y al mismo tiempo tomarían acción para deportar y dividir familias, además de acabar con las esperanzas de 800,000 Dreamers o “Soñadores” y más de 320,000 receptores del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
Vann expresó que los jóvenes, que fueron traídos a los Estados Unidos por sus padres como niños en busca de una vida mejor, han seguido las reglas tal como fueron diseñadas para ellos y están contribuyendo en gran medida a nuestra vida económica y comunitaria.
“Ellos son abogados, maestros, padres y madres”, dijo el obispo, quien también es presidente de la junta directiva de Catholic Legal Inmigración Network, Inc. (CLINIC). “Es una afrenta a nuestros valores estadounidenses de justicia y de garantías procesales para que estos Soñadores estén ahora sujetos a la posibilidad de la deportación”.
En Semana Santa se recuerda el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, su sacrificio por la humanidad para el perdón de los pecados y la salvación de todos quienes creen en él.
El obispo Gerald Barnes, de la Diócesis de San Bernardino, dijo: “He llorado porque llevo el dolor de los inmigrantes en mi corazón; me duelen los niños que tienen miedo de que sus padres sean deportados o el miedo de las esposas y siento coraje con aquellos que no quieren dialogar [por una reforma migratoria o proteger a los inmigrantes]; hay algo de maligno en ellos cuando solamente ven que cometieron un crimen al venir a este país”.
Barnes sugirió que, en esta Semana Santa, “todos entremos en unión con el Señor a vivir nuestra vida de fe, obtengamos el arrepentimiento de nuestros pecados y tener la esperanza de su resurrección en nuestros corazones”.
El Arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, declaró que, si bien la Semana Santa presenta momentos para reflexionar el amor de Dios a la humanidad y que nos dio a su Hijo Jesús para encontrar el perdón de los pecados y es vida para los que le aceptan de corazón, “también su resurrección es la esperanza del triunfo para alcanzar la eternidad”.
En torno a los inmigrantes, expresó que “si todos seguimos activos en demandar justicia, llamando a los representantes políticos, ellos van a poner más atención, primero por los Dreamers, y luego por todas las familias”.