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‘SI EXISTES, QUIERO SER FELIZ’

CON LA FE PUESTA EN LA ETERNIDAD, LOS JÓVENES DE SAN BONIFACIO TOMARON LA BATUTA PARA LA TRANSMISIÓN DE LA MISA DOMINICAL EN TIEMPOS DEL CORONAVIR

By JORGE LUIS MACÍAS     7/9/2020

Alos jóvenes les gusta sentirse escuchados y ser par-te de algo en la sociedad, la fa-milia, en los grupos de amigos y la Iglesia. En tiempos del coronavirus,  cuando las iglesias estuvieron cerradas, fueron ellos quienes respondieron con su conocimiento de la tecnología a la necesidad de que la Palabra de Dios llegara a todos. 

Cámaras de video frente al altar; cámaras de fotografía a un costado de la Iglesia; monitores de audio para estudio de grabación, laptops para video y traba-jos de edición son las “armas” de las que se valió un grupo de jóvenes católicos de la Iglesia de San Bonifacio.

Desde el cierre de las iglesias en la Diócesis de Orange, a causa de la pandemia, los jóvenes dirigidos por Fortunato Guzmán y Berenice Amaya se convirtieron en el brazo derecho del Obispo Timothy Freyer para la trans-misión virtual de las misas dominicales a través de Facebook y YouTube.

“Ayudar significa servir a Dios en este tiempo tan difícil”, reflexionó Hariel  Amaya, de 27 años, miembro del grupo Ignite. “Para mí significa mucho porque puedo ayudar a que otros escuchen la  Palabra de Dios, a la gente está en casa y se desespera porque no ha podido venir a misa”.

Además de ser protagonistas para que el mensaje del Evangelio fuera escuchado sin interrupción por los feligreses, Hariel y otros jóvenes solidi-ficaron su fe y su compromiso como con la Iglesia.“Todos quisimos ayudar para llevar la voz de Cristo a quienes están fuera de la Iglesia”, dijo.

Fortunato Guzmán y Berenice Amaya en la dirección de la misa; Giselle Es-parza, Jazmín Hernández, Petra Aguilar, Victoria Mejía y Hariel Amaya, en la parte técnica; Christa Belle (cantante salmista), Rochelle Paz (pianista), James Duong (cámara), además de Hariel  Amaya y Gabriel Bermúdez fueron parte del grupo de 25 personas que se congre-garon para la santa Misa, el domingo 31 de mayo, durante la fiesta de Pente-costés.

Su ejemplo de fe muestra que religión y la nueva tecnología no son incompat-ibles. Ellos también caminan hacia la santidad.“Cada uno puso en acción sus talen-tos”, afirmó Berenice Amaya, coordi-nadora de la misa en inglés de las 9:30 a.m. “Nosotros solamente ayudamos para la gloria de Dios”.

Berenice dijo a OC Catholic en Español que el hecho de que hayan sido ellos, y no los lideres veteranos, quienes tomaron la batuta para motivarse, reunirse y trabajar para la transmisión virtual de la misa ayudó a la Iglesia para que muchos jóvenes hayan recuperado la fe en tiempos del coronavirus.

“Ha sido de una gran bendición en todo el sentido de la palabra; los jóvenes se han sumergido más en la liturgia”, subrayó. “Ahora, muchos que no estaban asistiendo a la misa, quieren ser parte del equipo de transmisión y poner sus conocimientos al servicio de Dios”.

Por su parte, Fortunato Guzmán declaró que, más que afortunado por el ser el director del proyecto, “me siento bendecido de poder servirle al Señor durante este tiempo de dificultad y de muchos retos”.

“Hemos mirado como la mano de Dios, cómo Él se manifiesta especial-mente en estos tiempos difíciles; en cómo estos jóvenes ayudan y se sienten agradecidos de tener la oportunidad de servirle a Dios”, dijo.

“Los que creemos en Dios sentimos la misma paz y el mismo gozo cuando está o no la crisis, porque nuestra fe no está puesta en lo que pasa en la sociedad, en las noticias, sino que está puesta en la eternidad, en las promesas de Dios que no cambian”.

Fortunato refirió que hace 20 años él era una persona deprimida.

“Mi vida no tenía sentido y en un retiro hice una oración que nació del corazón y le dije a Dios, yo no sé si existes, pero si existes, quiero ser feliz”,  rememoró. “No fue una oración emocio-nal, no lloré…Ese fue mi primer encuen-tro con Dios”.

Afirmó que la lección más grande que aprendió en este tiempo del coronavirus,  fue que “los jóvenes se han dado cuenta que la vida es mucho más de lo que el mundo ofrece, de vivir de apariencias y saber que el placer también es pasajero”.

“En este tiempo del coronavirus, nos enfocamos en lo que realmente impor-tante: la salud, el amor, la fe, la familia, Dios, Cristo, la Santísima Virgen y el Espíritu Santo” agregó .