Como el joven Daniel y sus amigos propusieron en sus corazones “no contaminarse” en espíritu, alma y cuerpo (Daniel 1: 8), la Palabra del Señor era agua que purificaba, limpiaba y lavaba los pecados, los pensamientos y vidas de cientos de mujeres y hombres jóvenes presentes en la conferencia de Steubenville OC.
Pero el evento “Todo por Dios”, que se llevó a cabo del 7 al 9 de julio en el Brent Event Center de UC Irvine fue mucho más que una conferencia. Fue un fin de semana y una experiencia evangelística que ha transformado a los jóvenes.
“Yo quería mejorar mi relación con Dios”, reflexionó Guadalupe Refugio, de 18 años. “Muchos pueden no creer como yo, y sé que es lo que voy a enfrentar en la universidad”. Ella estudiará Biología Marina en UC San Diego.
Todos los jóvenes y jóvenes adultos buscaron un encuentro personal con Cristo. Lo hicieron con total respeto por la misa, con su silencio y meditación escuchando a cada conferencista, y con su energía en los momentos musicales.
“Llegué para aprender y compartir la Palabra del Señor con mi grupo juvenil”, dijo Lizbeth Guzmán, de 18 años. “Una de las cosas más impactantes que he aprendido es lo poderoso que Dios puede estar en nuestras vidas, aunque hay tiempos difíciles en la vida.”
Cuando era niña, Lizbeth no entendía el sufrimiento de su madre Esperanza, que pasó por una cirugía de apendicitis. Ella casi murió, y su padre Gerardo no pudo encontrar una manera de ayudarla a superar sus sufrimientos.
“Hoy sé que Dios siempre nos ama”, dijo Lizbeth, que estudiará Ingeniería Eléctrica en Cal Poly San Luis Obispo. “Incluso en el sufrimiento Dios estaba allí”.
Evangelizador en su naturaleza y auténticamente católico, Steubenville OC fue un retiro de fin de semana que contó con oradores nacionales como Brian Kissinger, el Padre Joseph Robles-Sánchez, Leah Darrow, ex concursante de America’s Next Top Model. Darrow habló del perdón de Cristo a la mujer adúltera (Juan 8-11). Les dijo a las jóvenes que Jesús está siempre presente para ayudarles a recuperar la verdad, la belleza y el amor en sus vidas.
“Los jóvenes no son sólo el futuro de las iglesias locales, sino de todo Estados Unidos”, dijo el padre José Alberto a OC Catholic. “La transformación de los jóvenes en el amor de Cristo nos permitiría saber que la nación y la Iglesia están en buenas manos”.
Con el tema “¡Levántate!”, el Padre José, Pastor de la Iglesia Católica de la Asunción de Santa María en Cottonport, Luisiana, desafió a los jóvenes a tener un mejor compromiso con Cristo y la Iglesia.
“Eso es lo que atrae a los jóvenes, porque no se sienten perseguidos como un policía a un ladrón, sino que les da la libertad de actuar en su relación de amistad con Él”, dijo el padre José Alberto.
Otros 50.000 jóvenes católicos asistieron este verano a una de las 25 conferencias Steubenville en lugares como San Diego, Denver, Tucson, Luisiana, Miami, Illinois, Nueva York, Massachusetts y Toronto, Canadá
Margie Rapp, Directora Ejecutiva de All for God, la organización católica sin fines de lucro que atiende a adolescentes y jóvenes con un enfoque especial en comunidades empobrecidas, trayendo esperanza a los adolescentes, parroquias y comunidades, comentó que todo lo que se pretende es que estos jóvenes caminen sus vidas en una relación de cercanía con Dios.
“Estos jóvenes han sabido de Dios, cómo los ama, cómo los llama y cómo les da vida en abundancia, con amor, alegría y libertad”, dijo Rapp.
Un amor, alegría y libertad que experimentó Maricruz Flores, de 28 años, que tiene un MD en Organización de Liderazgo en la Universidad de San Diego.
Ella vivió por novena vez en un retiro de Steubenville. Su primera experiencia impactó en su vida.
“Miré a esos jóvenes alabando y rezando a Dios y fue maravilloso”, subrayó. “Vi la alegría y el amor en los rostros de esos jóvenes como yo, y sentí la presencia del Espíritu Santo”.
Maricruz, feligrés de la Iglesia Católica de Nuestra Señora de Guadalupe en San Diego, dice sentir el amor de Dios en su corazón y la motivación para llevar ese amor de Dios a otros jóvenes.
“Es como un ciclo de amor”, dijo. “Es una maravilla ver los rostros de los jóvenes que están en paz, sin máscaras, como verdaderos hijos de Dios”.